Vivimos en una sociedad que da asco. Un país que dejó de ser un país para ser sólo individuos. En donde no puedes tener o estar de acuerdo con parte de los objetivos previstos de un sistema político porque, ya te asocian con él aunque la mayor parte de sus objetivos no te agraden. Vivimos en un país democrático y, sin embargo, no podemos expresar libremente las ideas acerca de nosotros mismos. Es más, la sociedad denota negativamente adjetivos tales como la prepotencia o el ser un creído pero, nadie sabe (o evita saber) que es de la única manera que se puede conseguir las metas. Ni tienen idea alguna de lo que se es y te atribuyen unas características a tu personalidad que son, totalmente, falsas. Vivimos en una nación donde la cultura se traduce por tortura animal y los toreros son personas leales y valientes. Vivimos en un lugar donde no ir a la moda, está mal. Donde el tabaco y el alcohol son los protagonistas de nuestra diversión y si no los consumes, eres aburrido. Vivimos en un egoísmo colectivo en donde todos contribuimos a la donación de sangre, órganos, dinero o alimentos pero, dudo mucho que haya más de un 2% de la población que hagan verídica sus palabras. Odiamos la guerra y a la más mínima que vemos dinero, nos vemos dentro de una. No somos capaces de no reírnos de alguien al ver llorar y más aún cuando su pasado nos grita ayuda. Nos da igual consumir nuestras propias carnes con tal de llegar a nuestro destino, sin pararnos a pensar en si merece la pena cruzar la línea de meta o si en ella, nos espera alguien a quien le importemos. El orgullo garantiza nuestra huella en el planeta dándonos a conocer como "los reyes del recreo" y vemos como arrojan a otros, siendo nosotros mismos; nuestra conciencia arrojada al contenedor, somos quienes aplaudimos a la muerte y damos demasiada importancia a asuntos que no tienen ni el 10% de ella. Vivimos en un país donde comprar un libro o un disco musical e incluso, asistir a un evento cuesta un ojo de la cara (10- 20 euros) y comprar todos los meses el canal plus liga (200 euros) para ver a veintidos tíos corriendo detrás de un balón para meterlo entre dos palos, es lo normal y mucho más económico. Asistir a ver la última obra teatral o la última sinfonía de la orquesta es demasiado aburrido pero, ir cada viernes y/o sábado noche a llenar de mierda tu organismo y las calles de tu ciudad, es mucho más culto. Preferimos ahogar toda nuestra incultura en un vaso de vodka negro hasta explotar el hígado. Quitarnos años de experiencia es lo correcto. Vivimos en un país donde tan solo se culpa y nadie toma conciencia de sus errores por rectificar. Todo el mundo llora por los más necesitados pero nadie les cede su cama por hacerles felices, aunque sólo sean un par de horas. Y sí, siento amor y orgullo hacia mi propio país, al igual que lo hubiese sentido si hubiese nacido en México o en el Congo. No debemos olvidar la cultura española que tanto valor tiene, al menos frente a otros países, y últimamente ha caído en picado. Es quien nos define y somos quienes la estamos torturando a base de balas. Qué hay de un país sin su cultura. Algún día hemos perdido hasta nuestra cabeza, literalmente. En fin... siento que hemos perdido el norte y caminamos por un camino que nos hará llorar durante varias horas al perder la dignidad y la vergüenza por cuatro cochinos euros que en un mañana no tendrán ni valores. Por todo esto (y me quedo corta), vivimos en una sociedad que da MUCHO asco.
También podría interesarte :