Pymes: Columna vertebral de la economía suiza

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Consituyen el 99,7% de las empresas suizas, pero los poderes públicos suelen olvidar a las pequeñas y medianas empresas (PYME).

La USAM, su organización paraguas, reclama ahora mayores facilidades fiscales y administrativas para afrontar los retos del tercer milenio.

La imagen de la economía suiza es asociada sobre todo con empresas prestigiosas tales como Nestlé, Novartis, Roche, ABB o UBS.

Los nombres de estos colosos son conocidos en todo el mundo, pero la verdadera columna vertebral de la economía suiza son las PYME; es decir, las empresas que ocupan a menos de 250 trabajadores.

Las PYME representan el 99,7% de las casi 300.000 empresas suizas y dan trabajo a más de los dos tercios de las personas activas en el país.

Presentes en cada rincón de Suiza, son ellas las que aseguran la producción y distribución de los bienes y servicios a toda la población.

Un papel económico desdeñado

A pesar de su importancia económica, los poderes públicos han desatendido por mucho tiempo a las PYME y se han mostrándo más sensibles con los gigantes de la economía nacional.

Sólo en la crisis de los años 90, que provocó una cantidad récord de empresas en quiebra, el gobierno pareció haber tomado consciencia de la importancia que tiene la promoción de programas en favor de las pequeñas y medianas empresas.

Para coordinar los proyectos, el ministerio de Economía creó en 1998 una ‘Task Force’ PYME(unidad especial). Esa denominación subraya la intención de intervenir rápidamente, pero al mismo tiempo pone en evidencia el retraso acumulado en este ámbito.

“El papel económico fundamental de las PYME fue descubierto demasiado tarde, tal como en otros países. La misma OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)comenzó a interesarse en las PYME recién hace unos diez años”, precisa Christian Weber, responsable de la Task Force PYME.

Carga administrativa

A juicio de Christian Weber, las razones de ese retraso se encuentran esencialmente en el nivel político. “Las PYME están bien representadas en el Parlamento, pero sus representantes defienden ante todo los intereses específicos de sus correspondientes sectores económicos”, señala.

Por eso el Estado suele ser más un obstáculo que una ayuda para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.

Por ejemplo, las PYME deben consagrar una media de 55 horas de trabajo por mes para cumplir tareas administrativas relacionadas con el Estado. Ello implica notificación de salarios, seguros sociales o incluso impuestos.

Esa tarea es un peso casi insoportable, sobre todo para las empresas más pequeñas que no pueden recurrir a los costosos servicios de expertos para descifrar las complejas y voluminosas disposiciones legales.

Poniendo a disposición los modernos instrumentos electrónicos, la Task Force de las PYME trata de simplificar los procedimientos administrativos, por ejemplo con la creación de una ventanilla virtual concebida para las informaciones y las operaciones que atañen a las empresas pequeñas y medianas.

“Aunque la Confederación ha hecho progresos en los últimos años, la carga administrativa es aún una de nuestras principales preocupaciones”, subraya Pierre Triponez, director de la Unión Suiza de Artes y Oficios (USAM), la organización que agrupa a las PYME.

“En comparación con los otros países europeos, nosotros nos vemos ante un Estado extremadamente burocrático. Pero el problema en Suiza es que numerosas prácticas administrativas dependen también de los cantones y los municipios. Y eso aumenta el trabajô”, explica Triponez.

La interminable reforma de la fiscalidad de las empresas constituye otra prioridad de la USAM. Esta reforma no entrará en vigor sino hasta el 2008-2010, en el mejor de los casos.

“En el ámbito fiscal, Suiza está relativamente bien situada a nivel europeo, pero desde hace algunos años perdemos terreno. Incluso corremos el riesgo de quedar retrasados, en el futuro”, concluye.

Gran espíritu de apertura

En cuanto a las otras carpetas prioritarias, la USAM piensa movilizarse en 2005 por la liberalización de los horarios de los negocios; la apertura del mercado de la electricidad, y contra la introducción de una tasa al CO2.

Los representantes de las PYME quieren también respaldar dos temas relacionados con la integración de Suiza en la Unión Europea, temas que serán sometidos a consideración del pueblo en este año. Se trata del segundo paquete de acuerdos bilaterales concluidos con Bruselas (concretamente de Schengen y Dublin) y la extensión de la libre circulación de personas a los diez nuevos miembros de la UE.

Aunque reagrupa a una gran cantidad de pequeños empresarios próximos a las posiciones de la derecha antieuropeísta, la dirección de la USAM manifiesta un claro espíritu de apertura que no sólo va en dirección a Europa.

Ni la globalización, que parece favorecer a las multinacionales, asusta a Pierre Triponez. “Las PYME son bastantre flexibles y tienen una gran capacidad de adaptación a los nuevos retos del tercer milenio. Por otra parte, el número de pequeñas empresas está aumentando un poco por todas partes, incluso en Estados Unidos”.

Esta visión de las cosas es compartida por Christian Weber: “Los nuevos instrumentos de una sociedad globalizada abren nuevas perspectivas a las PYME. Internet, por ejemplo, permite ahora a las pequeñas empresas estar presentes en los mercados distantes y vender sus productos”.

Fuente swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción: Juan Espinoza)