Por el momento vamos a dejar a un lado el consuetudinario (habitual) escenario de fantasmagórica catadura de las localidades con casitas de colores que vamos "colonizando" con nuestra presencia casi invasora. Hoy nos adentramos en una "urbe" donde la existencia de otros seres humanos ya no se me hace tan anómala. Qaqortoq,
capital del sur de Groenlandia del sur, es una preciosa localidad fundada en 1775. Por supuesto, también predomina el colorido, como si estuviera de oferta. En La Oficina de turismo, (donde uno puede agenciarse algunos souvenirs, ir al aseo, que aquí en Groenlandia tampoco es que sea tan fácil, puedes encargar excursiones para vercetáceos, focas, visitar pueblos aledaños) , me han atendido muy bien. He llegado hasta una iglesia muy bonita y antigua del año 1832 que fue utilizada como biblioteca pública de Groenlandia hasta 1940.Caminando por el puerto tengo la sensación de que Qaqortoq es algo así como la Florencia groenlandesa, por aquello del turismo, porque aquí sí hay vida de todos los colores y naciones. He entrado a curiosear en la pequeña tienda azul de nombre Tamat, que vende un poco de todo a precios de aúpa. Ya en el centro está la única fuente de Groenlandia, aunque me resulta bastante anodina, pequeña, adolece de sencillez y falta de ambición.
DATOS INFORMATIVOS
Tupilaks o "alma del espíritu, alma de los antepasados", son figuras grotescas talladas en huesos de animales o piedra. Se utilizaban para menesteres nada benéficos. Mediante unos cánticos rituales se buscaba el perjuicio ajeno. Con frecuencia, lo que se hacía era "enviar" a estas figuras grotescas a buscar a sus enemigos a través del mar para que los localizara y acabase con sus vidas. Sin embargo, si el destinatario del mal deseado poseía poderes mayores que el hechicero perpetrador, lo que podía ocurrir es que éste lo utilizase para revertir el hechizo y devolverlo contra quien lo conjuró.Las figuras tupilaks solían estar inspiradas en la mitología innuit, como por ejemplo "The mother of the sea" (La madre del mar).