Es el fin de la Gran Cruzada y el principio de la primera Guerra Ínter-legionaria,la sangrienta obertura de la Herejía de Horus.
En este libro se dan tres cosas que me parece importante remarcar y que serán muy importantes en obras futuras.Una es ver como crece y se afianzan dos cultos antagónicos y a la vez por ironías del destino tienen un origen común en una figura muy concreta.Por un lado,las Logias de los Astartes que se revelan como cultos a los dioses del Caos en toda su gloria.En este libro se revela ya el poder y la influencia corruptora de la disformidad ya no como algo en los Astartes de los Hijos de Horus traído desde fuera,si no como algo que abrazan con entusiasmo porque gracias a ese poder su amado Primarca fue arrebatado de las garras de la muerte(A unas garras a las que fue lanzado precisamente por las manipulaciones del caos a través de Erebus de los Portadores de la Palabra) y con la muerte de aquellos que no comparten sus ideas y devoción se verán liberados de tener que llevar eso oculto...lo cual no deja de ser una ironía que los "ateos" Astartes fieles a Horus y sus aliados enarbolen como razón primordial de su alzamiento que el Emperador esta buscando ser un dios y que le adoren.
Por otro tenemos el Lectio Divinitatus,que crece en fuerza dentro de las flotas rebeldes,pese a la clandestinidad y las persecuciones(Usan el modelo de los paelocristianos en la época de la Roma Imperial,para describirlo en el libro) porque acaban de descubrir el poder de dos cosas que suelen ser el "combustible" de la fe:Los Mártires,como muestra de que merece la pena morir por esas creencias y los Santos que son la muestra de que hay individuos tocados por la divinidad y que usan ese poder para manifestar su grandeza.El primero es encarnado por Ignace Karkasy,primer asesinado entre los rememoradores por orden de Horus y que fallece en el segundo libro a manos de Maggard(Que,por cierto,encuentra su fin de una forma muy parecida a como mato a Ignace.Quien a hierro mata...) y la segunda es Euphrati Keeler,que tras los sucesos de la sala de archivos y su intento de asesinato a manos de Maggard(Truncado por la ayuda de Kyril Sindermann,entre otros),cae en catatonia y despierta cambiada en especie de herramienta divina.
En el caso de los leales sus caracteres siguen igual hasta que se desencadena la traición de sus Primarcas hacia ellos y el Imperio.Siguen creyendo en ellos pese a que tienen las pruebas delante de sus narices:saben que a Varvaras y Karkasy los mataron por orden de Horus,ven que se cometen abusos de poder y hasta encuentran raro como Horus decide que unidades y cuales no bajaran a Istvaan III y aun así siguen sin hacer nada hasta que es demasiado tarde.Solo hay uno que tiene la perspicacia de darse cuenta de que las cosas no son como deberían y hay cosas que no cuadran y ese es Tarvitz.El único que toma medidas al ver que hay inconsistencias y que hay cosas que en su legión no encajan.Y aun así las toma en in extremis,aunque su actuación es vital para que los planes de Horus empiecen,si no a fallar, a darse los retrasos y los cambios que acabaran desembocando en el fin que tuvieron.
Aruken sera el que en realidad el Dies Irae tenga la fama que tuvo hasta los hechos de Hydra Cordatus.
Es ademas una muy buena rubrica para tanto el fin del tronco y el inicio de las ramas de este árbol que es la saga de la Herejía de Horus,como de la forma de narrar el fin oficial de la Gran Cruzada y el inicio en abierto de la Herejía de Horus.En este libro parece ser que se acuña,según el trasfondo,la famosa frase de Horus a su hijo predilecto Abbadon:"Que arda la galaxia".Pues como "cerilla literaria",es una obra mas que recomendable,aunque para leerlo bien hacen falta los dos primeros.La única pega real de este libro,creo yo.