Recuerdo que en la universidad una vez me preguntaron si admiraba a alguien, me quedé pensando y la verdad, mi respuesta es la misma ahora; “Normalmente no soy de admirar a alguien en especifico” continué, Pero siendo sincero admiro a a todas las personas que dejaron su normalidad, su cotidianidad, dejaron de lado las reglas invisibles que nos han impuesto y están realizando su sueño, saliendo de la zona horrorosa de confort.
Todo esto lo pienso porque decidí salir de esa zona, me doy cuenta que requiere de muchísimo valor, mucha fuerza de voluntad, básicamente no es tan sencillo como se dice, porque a veces damos consejos sobre temas que en realidad no hemos experimentado.
Salir de una zona de confort lo describo así:
Imaginemos estar en un cuarto literalmente oscuro, han pasado muchas cosas (vivencias) que nos llevaron hasta ese cuarto, no sabemos cómo pero ahí estamos aclimatados, todo muy a gusto, entonces, comenzamos a querer ver otras cosas, queremos experimentar, y ahí es cuando empezamos a tocar las paredes a ver qué encontramos, nos damos cuenta que hay una puerta, nos detenemos… Sentimos que estamos tan cómodos ahí, tranquilos, sin miedos… Aun así decidimos abrir la puerta, no sabemos qué hay allá pero vemos luz, lugares nuevos, personas nuevas, y nuevos aprendizajes.
Y por eso admiro a los que hacen lo que quieren, lo que les gusta, son los que disfrutan, no les importó el qué dirán, no importa la norma, fueron los que enfrentaron el miedo y si hay miedo es porque te traerá situaciones positivas.
Para todos los que lean esto, de verdad hay que dar ese paso, porque de eso se trata esta vida, creo yo que es mejor estar aquí amando lo que se hace, así te digan que no funciona, que debes hacer lo que los demás hacen solo porque es lo normal y pues, hay diferentes maneras de ser normal.