Tabula rasa
Por un lado, su concepción sobre el proceso enseñanza/aprendizaje: al parecer los alumnos están ahí, pasivos y mudos frente a docentes que les dicen lo que tienen que pensar y opinar como meros receptores de la doctrina de docentes sobreideologizados, sin ningún marco institucional ni diseño curricular que seguir. Los alumnos pobres víctimas sin voz, ni experiencia ni opinión.
La ministra bajando línea entre los docentes.
Hay que reconocer que este super poder endilgado a los docentes y a las escuelas no es exclusivo suyo ni de la derecha más rancia que representa. Es tiempo también de ubicar a la escuela en lo posible, en aquello que puede y debe hacerse desde allí y delimitar todo lo que nos excede por completo. No, la educación no nos va a convertir en una potencia socialista ni la patria liberada ni mucho menos.
¿Es la escuela el mejor lugar para muchísimos niños y adolescentes? Sí, sin dudas, pero esto habla mucho más de la sociedad en general que de la escuela en particular.
La burda generalización de los docentes como militantes de izquierda es solamente irrisoria y evidencia que jamás pisó una sala de profesores, sin embargo, se insiste en esta idea porque en definitiva las escuelas y los profesorados son espacios de resistencia al individualismo descarnado que promueven, porque la educación siempre es con otros.
La convocatoria a denunciar docentes tampoco es nueva, durante la desaparición de Santiago Maldonado se hizo una fuerte campaña de denuncia y de vigilancia sobre el modo en que se trataba el tema en las escuelas. El Ministerio de Educación de la Ciudad también censuró y cajoneó materiales didácticos de Nación reiteradas veces, la más saliente fue durante el Bicentenario del 25 de Mayo.
Y dale con la formación docente
Un tema que menciona la Ministra y se repite hasta el hartazgo es la tan debatida (y casi nunca en serio) formación docente.
En los últimos 15 años han funcionado al menos tres planes de formación docente para el nivel primario. Para ejemplificarlo: empecé el profesorado en el 2004, ese año se terminaba un plan de estudios y comenzaba uno nuevo. Al poco tiempo de recibirme, 2007 ya estaba en marcha un nuevo cambio de plan de estudios que llevaba la carrera a cuatro años (con una cursada diaria de varias horas y prácticas en contraturno). Es conocido el proyecto de la UniCaba que pretendía cerrar los profesorados y nuclearlos, más conocida tal vez sea la resistencia de estudiantes, docentes y directivos a tal proyecto y aunque avanza no lograron cerrar los profesorados.
El ciclo es bastante simple: se diagnostica que la educación es un desastre (a partir de evaluaciones estandarizadas), la responsabilidad del desastre es de los docentes ergo hay que modificar la formación docente. ¿Se mencionan las condiciones de trabajo? ¿las condiciones de vida de los alumnos? No, no seas zurda.
Pobres y fracasados
Soledad Acuña, junto a Larreta
(der., Jefe de Gobierno), y Miguel
(izq., Jefe de Gabinete).
Parte del Gabinete Pro en la Ciudad de Buenos Aires.
La ministra hace una caracterización del perfil del estudiante que elige la docencia, o cae en ella. En principio es alguien que fracasó en otras carreras, no le quedó otra y bueno ahí va. El solo hecho de llamar fracaso a no terminar una carrera o a cambiar de carrera ameritaría un análisis sobre la medición del éxito en términos individuales (siempre) que maneja y promueve. No hay carrera, materia o aprendizaje que no aporte a la docencia. No hay sobrecalificación posible.
Lejos de creer esto, indica además que la mayoría de los aspirantes a la docencia provienen de la pobreza (seguro usó un eufemismo), esto en sí mismo podría ser apenas un dato, una caracterización más. Lo ofensivo es la ligazón que hace entre la pobreza y el capital cultural que asume paupérrimo, las nulas experiencias enriquecedoras que poseen los pobres y ¿qué pretenden enseñar? Olvida, desconoce entre otras cosas, que a enseñar se aprende.
Por otro lado, critica la elección de la carrera en tanto salida laboral, olvida que es un trabajo. Reniega del ascenso social y la tan mentada meritocracia porque en definitiva tampoco creen en eso.
Comentaristas de la realidad
Por supuesto no nos habla a nosotros, ni a los docentes ni a los estudiantes, ni siquiera a las familias todas. Le habla a su electorado, tomando un té en Recoleta. Su postura y sus dichos son caricaturescos.
El tema es que la señora es Ministra, del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Natalí Revert - Maestra de grado