Esta mañana, cerca de las 12.30h conocíamos los resultados del sorteo que decidiría los emparejamientos que se llevarían a cabo para disputar las semifinales de la Champions League. Todos los focos apuntaban a las manos de Luis Figo, que una vez más sería la mano “inocente” (expresión irónica se mire por donde se mire) y por tanto el encargado de sacar las bolas con los nombres de los cuatro últimos equipos que siguen ahí para disputarse la tan ansiada copa.
Finalmente (casi parecía que no sacarían las bolas nunca), los enfrentamientos que podremos ver los días 22 y 23 de abril (en el caso de la ida), 29 y 30 de abril (la vuelta) quedarían así:
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Real Madrid- Bayern de Munich
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Atlético de Madrid- Chelsea
Saltó la bomba, cuando en las redes sociales podíamos intuir que los aficionados apostaban por una final entre los madrileños buscando la décima y los alemanes dando un paseo por una final que parece tener su nombre antes de jugarla, de repente nos sorprende nuestro amigo Figo emparejando a los dos favoritos para ganar este deseado trofeo.
No sólo eso, sino que el destino ha querido que Torres vuelva al Vicente Calderón (de momento sólo para jugar en contra), es más, la UEFA anunciaba minutos antes del resultado del sorteo, que quedaba nula la cláusula que dejaba fuera a Courtois de la eliminatoria en caso de enfrentamiento con su actual equipo, lo que crea mayor espectación ver al belga defendiendo la portería rojiblanca, pudiendo evitar los goles del equipo que decidirá su futuro en la próxima campaña.
El equipo de Ancellotti tiene las manos atadas sin Cristiano Ronaldo, que es duda para los próximos partidos, y que ojalá (y pensando en una final española) llegue a tiempo para jugar contra los alemanes. Por otra parte, todo indica que se avecina una eliminatoria más que dura de los blancos, que deberán hacer los 180 minutos de su vida para que no hagan un estrepitoso ridículo ante el equipo de Guardiola.
Pep sabe muy bien lo que es enfrentarse al equipo blanco y lo único que deberá esperar es que sus jugadores jueguen como hasta ahora, aunque a mi personalmente me gustaría ver una final española en Champions.
Respecto a los partidos que disputará el equipo del Cholo contra el del portugués, se avecina también de infarto, no cabe duda de que estos dos equipos son menos favoritos para acceder a la Copa pero debemos tener en cuenta que uno de ellos estará en la final sí o sí. El equipo de Simeone es el único de los cuatro que ha conseguido llegar a semifinales sin una sola derrota, pero Mourinho volverá a España con ganas de armar la guerra. Ojo al equipo revelación de la Champions, no vaya a ser que los del “partido a partido” se cuelen en la final.
Y ahora la reflexión de Respiras Fútbol, que la final esperada de esta Champions pase por otros intereses que distan de ser el buen juego o el equipo merecedor en eso que llamamos fútbol, quizá el morbo invite más a ver el formato de un campo de batalla en el que a un lado del ring encontráramos al entrenador del Chelsea y al otro lado a su antiguo equipo, o mejor aún, la maravillosa idea de frotarse las manos pensando en una final Guardiola-Mourinho, sí, ésta quizá gusta más.
Esperemos no ser una vez más monos de feria que deambulan de un estadio a otro esperando ver el espectáculo que todo amante del fútbol desearía, y que el resultado no sea otro que una simple burla de un teatro de circo en el que los espectadores éramos simples marionetas sujetas por las cuerdas de la UEFA.
Señores, apaguen las luces y sus teléfonos móviles,
¡Empieza la función de la Champions!