Entendemos como cabina estéril aquellos procedimientos en los que los miembros de la tripulación de cabina, comandante y copiloto deben dedicarse exclusivamente a las funciones dirigidas a garantizar la seguridad del vuelo, por lo que no tienen permitido realizar ninguna otra actividad ajena a éste ya que corren el riesgo que la información crítica se pueda malinterpretar o perder.
Este periodo incluye las fases de rodaje y despegue hasta 10.000 pies y aterrizaje y operaciones de vuelo por debajo de los 10.000 pies. Durante este periodo, los pilotos no pueden tener conversaciones sobre asuntos que no afecten a la seguridad operacional o realizar cualquier otra actividad que pueda conducir a la pérdida de la concentración.
Tampoco pueden comunicarse con los tripulantes de cabina de pasajeros, a no ser que se trate de una emergencia. Esas fases también serán de concentración para ellos, ya que deben repasar los procedimientos necesarios para actuar en caso de una posible emergencia. Estos procedimientos incluyen qué filas tienen asignados bajo su responsabilidad, material de emergencia en caso de imprevisto y dónde se encuentra, qué señales escucharán y operar mi puerta en caso de una evacuación.
No tener disciplina en el cumplimiento de la premisa de cabina estéril es un factor contribuyente a los accidentes e incidentes. De ahí, la importancia de la profesionalidad de cualquier miembro de la tripulación de una aeronave.
El concepto de cabina estéril lo incorporó la Federal Aviation Administration (FAA) en su regulación en 1981 tras la investigación de varios accidentes fatales que ocurrieron como consecuencia de la falta de concentración en fases críticas del vuelo. Las compañías aéreas detallan en sus manuales de operaciones los procedimientos que debe seguir la tripulación en estos casos.
Casos: Vuelo 410 de Avianca