¿Qué es duelo? y cuáles son las etapas del duelo

Publicado el 29 diciembre 2023 por Floreriabiba Floreria Biba

Si alguna vez te has preguntado qué es duelo cuales son las etapas del duelo, permítenos decirte que el duelo es un proceso universal. En algún momento, todo el mundo tendrá al menos un encuentro con el dolor.

Puede ser por la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, el fin de una relación o cualquier otro cambio que altere la vida tal como la conoces.

El duelo también es muy personal. No es un proceso que se considere muy ordenado ni lineal.

No sigue ningún calendario ni tampoco un horario. Es posible que llores, te enfades, te retraigas o te sientas vacío.

Ninguna de estas cosas es inusual o equivocada.

Es posible que tanto tú como las personas que te rodean tengan expectativas sobre la rapidez con la que debes seguir adelante.

Pero el duelo cambia con el tiempo, a medida que comprendes lo diferente que es tu vida sin esa persona.

Todos somos diferentes y no hay un calendario ni una cronología del duelo para saber cuánto tiempo te llevará.

Tipos de duelo

Para algunas personas, el duelo es un fenómeno de corta duración, también conocido como duelo agudo, aunque el dolor puede reaparecer inesperadamente en un momento posterior.

Pero otras personas pueden experimentar un duelo prolongado, también conocido como duelo complicado, que dura meses o años.

Sin ayuda y apoyo, este tipo de duelo puede conducir al aislamiento y la soledad crónica.

También podemos encontrar los siguientes tipos de duelo.

El duelo anticipado consiste en afligirse antes de la pérdida real.

Por ejemplo, puede empezar a sufrir cuando se entera de que usted o un ser querido padecen una enfermedad terminal.

Procesar el duelo de antemano puede prepararle para afrontar la pérdida cuando llegue el momento.

Aun así, es importante no permitir que el duelo le distraiga de disfrutar del precioso tiempo del que dispone.

A veces, puedes superar el proceso de duelo de forma bastante rápida.

Este es el caso del duelo abreviado.

Este tipo de duelo puede seguir al duelo anticipatorio.

Puedes llorar una pérdida rápidamente porque ya ha realizado un gran trabajo emocional mientras anticipaba la misma.

Estar de duelo poco tiempo no significa que nunca te haya importado de verdad lo que has perdido.

En lo que respecta al duelo, cada uno tiene su propio ritmo.

En lugar de experimentar las emociones que acompañan al duelo de forma inmediata después de una pérdida, el duelo se da días, semanas o incluso meses después.

En algunos casos, la conmoción de la pérdida detiene la capacidad de su cuerpo para procesar estas emociones.

O puede que estés tan ocupado ocupándote de los asuntos prácticos que acompañan a la pérdida (como funerales y testamentos) que el cuerpo no pueda elaborar el duelo hasta que haya asumido estas responsabilidades.

El duelo inhibido implica reprimir las emociones.

A la mayoría de nosotros no nos han enseñado a procesar ni tampoco a reconocer las confusas emociones que pueden surgir cuando estamos de duelo.

Como resultado, muchas personas que reprimen sus emociones no se dan cuenta de que lo están haciendo.

Por desgracia, cuando no te permites hacer una pausa y sentir estos sentimientos, el duelo suele manifestarse en forma de síntomas físicos como malestar estomacal, insomnio, ansiedad o incluso ataques de pánico.

Con el duelo acumulativo, estás superando varias pérdidas a la vez.

Por ejemplo, no sólo sufres la pérdida de un hijo.

También está sufriendo el final del matrimonio que siguió a esa pérdida.

Sufrir varias pérdidas a la vez hace que el proceso sea difícil y complejo de formas inesperadas.

Síntomas emocionales del duelo

Las personas que están de duelo a menudo describen las emociones como "que vienen en oleadas".

Puede tener la sensación de que las emociones le invaden sin previo aviso.

En un momento, la vida parece haber vuelto a la normalidad y, al siguiente, se le salen las lágrimas.

El duelo hace que las personas experimenten todo el espectro de emociones, desde la tristeza hasta la ira y la alegría.

A veces puede sentirse ajeno a sus emociones y funcionar como si estuviera en piloto automático.

También puede experimentar emociones confusas y contradictorias, como:

  • Tristeza por la muerte de un ser querido, pero alivio porque está en paz.
  • Anhelo por un cónyuge después de un divorcio, pero también emoción por tener otra oportunidad de amar.
  • Culpabilidad por sentirse agradecido por no tener que cuidar las 24 horas del día a un familiar moribundo.
  • Sentimientos encontrados de apatía, rabia, tristeza y pesar por la pérdida de un amigo o familiar con el que tenía una relación tensa u hostil.
  • En el duelo no hay emociones correctas o incorrectas.
  • Es esencial reconocerlas y sentirlas para sanar.

En que se caracterizan las etapas del duelo

El modelo de las cinco etapas del duelo fue desarrollado por Elisabeth Kübler-Ross.

Kübler-Ross desarrolló su modelo para describir a las personas con enfermedades terminales que se enfrentaban a su propia muerte.

Pero pronto se adaptó como una forma de pensar sobre el duelo en general.

Dado que el duelo obedece a su propia trayectoria, no existe un calendario para los sentimientos de dolor tras una pérdida; tampoco es posible evitar el sufrimiento por completo.

De hecho, los intentos de suprimir o negar el dolor tienen la misma probabilidad de prolongar el proceso, al tiempo que exigen un esfuerzo emocional adicional.

Existen en este proceso una serie de etapas del duelo las cuales explicaremos a continuación.

Es la primera etapa del duelo y es que sentirse confundido es común en los primeros días después de un duelo.

Al principio, algunas personas siguen adelante como si no hubiera pasado nada.

Aunque sepamos con la cabeza que alguien ha muerto, puede ser difícil creer que alguien importante no va a volver.

También es muy común sentir la presencia de alguien que ha muerto, oír su voz o incluso verlo.

La ira es la segunda etapa del duelo y es considerada como una emoción completamente natural, principalmente tras la muerte de alguien.

La muerte puede parecer cruel e injusta, sobre todo cuando sentimos que alguien ha muerto antes de tiempo o que teníamos planes de futuro juntos.

También es común sentir rabia hacia la persona que ha muerto, o rabia hacia nosotros mismos por cosas que hicimos o dejamos de hacer antes de su muerte.

Cuando sufrimos, a veces es difícil aceptar que no podemos hacer nada para cambiar las cosas.

La negociación es la tercer etapa del duelo y es cuando empezamos a hacer tratos con nosotros mismos, o quizá con Dios si somos muy religiosos.

Queremos creer que si actuamos de determinada manera nos sentiremos mejor.

También es habitual que repasemos una y otra vez lo que ocurrió en el pasado y nos hagamos muchas preguntas del tipo "qué hubiera pasado si...", deseando poder volver atrás y cambiar las cosas con la esperanza de que hubieran salido de otra manera.

La cuarta etapa del duelo y para muchos la más dura de atravesar y sobrellevar es la depresión.

La tristeza y la nostalgia son lo que más se nos viene a la cabeza cuando pensamos en el duelo.

Este dolor puede ser muy intenso y aparecer en oleadas a lo largo de muchos meses o incluso puede llegar a durar muchos años.

La vida puede parecer que ya no tiene sentido, lo que puede asustar mucho.

La depresión es una etapa del duelo que puede parecer el punto de aterrizaje inevitable de cualquier pérdida.

Sin embargo, si te sientes atascado aquí o parece que no puedes superar esta fase del duelo, puedes hablar con un experto en salud mental.

Un terapeuta puede ayudarte a superar este periodo de afrontamiento.

La quinta y última etapa del duelo se conoce con el nombre de aceptación.

El duelo se presenta en oleadas y puede parecer que nada volverá a estar bien.

Pero poco a poco la mayoría de la gente se da cuenta de que el dolor disminuye y es posible aceptar lo que ha ocurrido.

Puede que nunca "superemos" la muerte de alguien a quien queremos, pero podemos aprender a vivir de nuevo, manteniendo cerca de nosotros los recuerdos de quienes hemos perdido.

El duelo, inevitable en la vida, nos envuelve en una mezcla de emociones difíciles de expresar con palabras. En esos momentos de pérdida, las flores se convierten en un símbolo de consuelo y afecto.

Regalar flores es ofrecer un gesto silencioso pero elocuente, una expresión de apoyo que trasciende las barreras del lenguaje.

Las flores no solo adornan, sino que también transmiten la fragilidad de la vida y la belleza efímera que perdura en los recuerdos.

En su delicadeza, encuentran la capacidad de consolar corazones afligidos, tejiendo pétalos de esperanza en el tejido del duelo.

Preguntas frecuentes sobre etapas del duelo


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