Hace poco le contaba a una amiga que había comprado un montón de "bioglitter" y que, si quería un poco, era el momento de decirlo. Mi amiga me miró con cara de confusión y me preguntó qué era eso del "bioglitter".
Empecemos por el principio: el "glitter" convencional, normal y corriente, la "purpurina", "brillantina" o "escarcha" de toda la vida es una (hasta ahora) feliz casualidad o interesante accidente. El tereftalato de polietileno (PET en inglés) es un tipo de plástico muy versátil y utilizado en la actualidad para diversos fines. Este polietileno, con su toque de aluminio (así se "metaliza"), ya se manejaba en grandes láminas hace casi un siglo y, según todo apunta, allá por los años treinta del siglo veinte, un señor que vivía en Nueva Jersey andaba cortándolas cuando se fijó en los restos de esos cortes. Se trataba de pequeñas partículas sobrantes, llenas de brillo y color, que pronto comenzaron a utilizarse para decorar escaparates, objetos y ventanas. De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial, el "glitter" sustituyó a las velas que por Navidad se encendía en la ciudad de Nueva York, cuando éstas fueron prohibidas por dibujar, en la noche, la silueta de los barcos aliados y descubrir así su localización.Parece que los descendientes del señor de Nueva Jersey no son muy habladores, lo son un poco más en la otra productora de "glitter" más potente de Estados Unidos: Glitterex, fundada en 1963. El presidente de Glitterex tiene 69 años y un doctorado en ingeniería y "ciencia del polímero", vamos, que ya lo dice él: "esto de glitter tiene más ciencia de lo que parece". Nos cuentan también que si colocamos un patrón en las láminas, obtendremos glitter holográfico; si superponemos doscientas o trescientas microláminas con distinto coeficiente de refracción tenemos la joya de la corona: el glitter iridescente.A mí todo esto me parece genial y seguro que a ti también perooooo…. la cuestión es que hay un problemita importante: nuestro amigo el "glitter" no es biodegradable, de modo que la luz ultravioleta del sol trabajará inútilmente durante siglos para que el oxígeno se incorpore en las moléculas del plástico. Más (malos) datos: el glitter tiene un tamaño menor a los 5 mm. es lo que se domina un "microplástico". Los microplásticos pueden ser primarios (partículas pequeñas, agregadas intencionadamente a productos de belleza, limpieza e higiene personal) o secundarios (se originan a partir de la degradación de plásticos de mayor tamaño).Tanto unos como otros constituyen una grave amenaza para el medio ambiente y la vida animal y humana. En mar abierto -pero también "aguas arriba"- los microplásticos llaman la atención de los peces, su brillo les hace pensar que son alimento, lo ingieren y pasan a su estómago, así, luego al nuestro. Y no hablo en teoría: ya se ha comprobado que comemos microplásticos, bebemos microplásticos y, cuando vamos al baño, "nos despedimos" de microplasticos.Una vez hemos identificado el problema, vamos a darle una solución: Lush Ltd. ya no utiliza glitter en sus productos (se ha pasado a la "mica", un clásico) y alguna cadena de guarderías británica (Tops Day Nurseries) ha prohibido su uso. Por su parte, la Unión Europea se ha puesto las pilas y ya tiene preparadas medidas y, lo más importante, fechas: en próximas fechas, muy probablemente el año que viene (2021), quedará prohibido añadir microplásticos a los productos de higiene personal, limpieza o belleza, el Parlamento Europeo y la Comisión están en ello, también en otras medidas para limitar al máximo el uso de plásticos de un solo uso, todo apunta, para el año 2022.En este punto, la pregunta es: ¿puedo vivir sin glitter?, Sí, yo creo que sí podríamos intentarlo, pero no creo que haga falta: en Reino Unido, hay un puñado de señores y señoras en bata blanca currando de lo lindo para ofrecernos un "glitter" biodegradable y, por ahora, tienen algo muy parecido. Ya sirven al mercado "bioglitter sparkle", rozando el 90 % libre de plástico y biodegradable, con un corazón de celulosa (eucaliptos de plantaciones europeas) y unas finas láminas de aluminio que le da color (0,1 %, naturalmente presente en nuestros suelos). Además, no contiene metales pesados ni toxinas y resulta biodegradable en ríos, lagos, en más o menos un mes de tiempo. Igualmente, ya han alcanzado uno de sus objetivos finales: desarrollar un glitter 100 % libre de plástico ("bioglitter pure") y, además, con ese efecto iridescente que tanto nos gusta a nosotros y tanto cuesta reproducir sin plástico.Ellos ya han hecho su trabajo, ¡ahora nos toca a nosotros hacer el nuestro! Pásate al bioglitter, ¡ya verás cómo te engancha el brillo que no deja rastro!.