Sin embargo, el trauma no se reduce al Star System, es un negocio desorbitado por encima de los 100 millones de $ anuales que de manera progresiva convierte en sus consumidores a mujeres de menor edad. No en vano, el 20% de quienes lo demandan no superan los 34 años de edad. Datos realmente alarmantes, en una sociedad regida por la dictadura de la imagen y el consumo desaforado centrada en vender al público femenino, un remedio estético (de dudosos resultados) como la solución definitiva a su insatisfacción personal.
Pero, ¿Qué es el botox?. Para saberlo primero tenemos que acercarnos a la definición del botulismo y su evolución: enfermedad caracterizada por su manifestación a través de trastornos digestivos (vómitos y diarreas); después de un periodo de latencia (de dos a seis días) con ella aparecerán parálisis en los músculos de la laringe y faringe que luego progresarán a los miembros y músculos respiratorios; en esta fase, el pronóstico es muy grave. Generada por la toxina botulínica, una de las más tóxicas y letales de origen biológico considerada en su uso bélico como una forma de bioterrorismo; presenta debido a su extremo potencial, capacidad suficiente para con tan sólo 0,90 picogramos (inhalados) matar a una persona.
Dicho esto, el botox o lo que es lo mismo el medicamento registrado como Botox® para uso estético por la empresa estadounidense Allergan, Inc. (California) en Abril de 2002, no es otra cosa que una fórmula rebajada de la tóxina botulinica de tipo A (las que afectan a humanos son de tipo A,B y E; a los animales C y D). De esta manera, al igual que el botulismo provoca la paralisis muscular, con este "sucedáneo" se consigue relajar el movimiento facial en la zona donde es inyectado, eso sí, con una duración en torno a los 3 ó 6 meses momento requerido para otra aplicación.
Vistos los resultados, juzguen ustedes:
Nicole Kidman.
Angelina Jolie.
Kylie Minogue.
Priscilla Presley.