Qué es el coaching laboral y cómo funciona

Por Utopiacf

Tiempo a esta parte cada vez más escuchamos y leemos sobre coaching. Esto ya lo hemos hablado en otras ocasiones. Hablamos sobre coaching ejecutivo, coaching profesional, obviamente coaching personal (porque hay vida más allá del trabajo y también mucho de lo que ocuparnos y gestionar) y por supuesto, coaching infantil (los niños están en el momento más adecuado para acompañarlos en la gestión de sus emociones) y siempre nos referimos a las mismas claves sobre las que se sustenta el coaching: acompañar a alguien en su proceso para sacar lo mejor de sí mismo y llegar al objetivo marcado de la forma más saludable. Así trabaja un coach y esa es siempre su máxima para con sus clientes.

Pero para poder elegir qué tipo de coaching queremos implementar en nuestra vida según el momento vital que estemos pasando, es importante saber qué tipos de coaching existen, qué son y sobre todo, en qué pueden ayudarnos. Si no, será realmente imposible poder decidirnos sobre uno u otro y por supuesto, escoger el profesional que mejor nos pueda ayudar por su formación, experiencia y especialización puesto que no es lo mismo acompañarnos en temas personales que en asuntos profesionales.

Recordando los tipos de coaching

En nuestra vida, tenemos varias áreas muy bien delimitadas de las cuales encargarnos. Se hace la similitud a que somos una mesa con 4 patas fundamentales en las que al menos siempre 3 de ellas, deben estar muy sólidas, así si la cuarta se tambalea en algún momento o tiene carencias, las otras tres patas sujetarán la mesa. Estos soportes son: nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo y nuestra pareja. Si dos de ellas, tres o por supuesto las cuatro tienen deficiencias importantes, la mesa estará en el suelo o lo que es lo mismo, nosotros atravesaremos una fase muy complicada. Por este motivo, es fundamental cuidar día a día nuestras patas y una forma muy saludable de hacerlo es contar con ayuda externa con quien hablar y sobre todo marcarnos unos objetivos claros y trabajar para llegar a ellos. El Coaching puede y de hecho lo hace, ayudarnos a ello pero para que sea absolutamente efectivo, debemos determinar en qué pata queremos trabajar y de ahí, elegir al profesional y tipo de coaching a recibir.

  Coaching personal:

Aquel que se encarga de nuestra vida propiamente personal. Cómo somos, cómo nos comportamos, dónde queremos llegar y qué queremos ser… como persona. Nuestras actitudes, comportamientos, reacciones… Todo lo que nos condiciona día a día podemos trabajarlo con un coach. Nuestros miedos, temores, bloqueos…

  Coaching profesional o laboral:

Con el que podrás gestionar todos los aspectos de tu vida que tienen que ver con tu trabajo y te aseguramos que son muchos más de los que crees y es que en el trabajo pasamos mucho tiempo y además de que estamos físicamente en él, el ámbito profesional está constantemente en nuestra mente y condicionando nuestro día a día, relaciones y circunstancias. No podemos sacarlo de nuestra cabeza porque es vital para nosotros y por eso es importante aprender a llevarlo de la manera más saludable posible. Contar con un coach es, en determinadas ocasiones, la solución más acertada para que no se convierta todo en destructivo y tengamos que cambiar de trabajo algo que no suele ser la solución si es una huida.

–   Coaching de pareja:

Perfecto, a todos nos vendría genial por mejor que pensemos que va nuestra relación de pareja porque convivir no es nada fácil. Todos tenemos nuestras manías, miedos, formas de vivir y compartir todo con otra persona sin perder nuestra autonomía y esencia no siempre es sencillo.

–   Coaching infantil:

Los niños están en el momento más esponja de su vida y copian a sus padres y mayores en todo, también en lo referente a las emociones por no decir que no estamos para nada educados hacia estas, las emociones. Incluir a nuestros hijos en técnicas de coaching les ayudará a evolucionar de otra forma mucho más saludable sin esfuerzo.

Profundizando en el coaching laboral

El coaching del que nos vamos a ocupar hoy es uno que como decíamos es vital (todos lo son) para nuestra vida. Pasamos, de nuevo hacemos énfasis sobre esto, más de la mitad de nuestro día y nuestra vida trabajando o en el trabajo y es que además del tiempo físico que estamos desarrollando nuestra actividad profesional, nuestra mente siempre está en algún momento, aunque estemos en días de ocio, conectada con el trabajo. ¿Por qué? Porque es lo que nos permite “vivir” gracias al dinero que ganamos. No debería quizás ser así ni debería nuestra vida depender tanto del trabajo pero nuestra sociedad actualmente está así estipulada. Y la realidad es que nos gusta vivir bien y con más y más cosas y para ello necesitamos más dinero que conseguimos a través del trabajo. Por esta situación entramos en miedos, bloqueos y situaciones complicadas derivadas del trabajo que nos dificultan nuestro desarrollo emocional.

Algo que a veces, a menudo, se nos olvida es que debemos ser felices en nuestro trabajo y no convertirse en una obligación desafortunada. Si vamos a trabajar sin ganas, desmotivados… Todo nuestro día y por ende nuestra vida se tornará gris y seremos más que infelices. Estaremos repletos de insatisfacción y generaremos momentos complicados con todo el que nos rodea entrando en una espiral de destrucción de la que es complicado salir. Decir que debemos trabajar en aquello que nos apasiona es a veces, una quimera o un sueño para algunos ya que no pueden acceder a ello o si pueden, no les aporta el dinero necesario para vivir pero lo importante es conseguir ser feliz con lo que somos, tenemos, aprender a aceptar y gestionar cada situación laboral de forma saludable. Y hacer esto tampoco es fácil y menos solos por lo que el coaching laboral te ayudará no sólo a estas tareas para contigo mismo y tu trabajo sino también a encontrar y potenciar lo mejor de ti mismo a nivel profesional y que puedas ser brillante en el área escogida. De ahí, el resto de satisfacciones, vendrán de forma más sencilla.

¿Cómo funciona el coaching laboral o profesional?

Ante todo, profundizando en toda tu faceta laboral. Es obvio que poco se puede trabajar si el profesional que te va a acompañar no indaga y mucho en qué está ocurriendo en esta área. Será tu trabajo también determinar qué quieres trabajar, qué te está bloqueando y causando mayor dolor en el trabajo. Quizás sea que no te gusta lo que haces, o que no encuentras seguridad en ti mismo a la hora de hacer tus tareas o incluso que no conoces aquello en lo que realmente eres bueno. A otros les ocurre que les apasiona lo de emprender y lo tienen muy claro pero los miedos se lo impiden o incluso, que no saben cómo tratar un asunto profesional muy determinado o que después de mucho trabajo han llegado al puesto que desean y se han visto superados por los miedos a no dar la talla.

Todos estos aspectos y circunstancias se pueden trabajar en Coaching Laboral a través de marcar objetivos y crear un camino saludable para llegar a ellos. Por tanto, el coaching laboral trabaja en diferentes fases: identificación de la situación a trabajar, marcar objetivos y diseñar un camino de ejecución conjunto al coach.

Y funcionar funciona consiguiendo disolver un bloqueo determinado, eliminar el conflicto que se estaba generando aportando una fórmula de actuación para situaciones similares (tratar con clientes o con jefes tóxicos), etc., y todo ello desde aumentar la seguridad y autoestima en uno mismo.

A día de hoy en el que pasamos mucho, muchísimo tiempo trabajando y este, el trabajo, nos condiciona nuestra vida, es importante que tengamos en cuenta lo mucho que un coach laboral puede ayudarnos a ser más libres y saludables en este aspecto.

Además, el coaching laboral tiene un impacto también en todas las facetas de tu vida porque lo que aprendes y descubres de ti mismo lo puedes llevar a cualquier área vital; podríamos decir que lo que inviertes en el coaching laboral tiene un doble beneficio, es un 2×1. En Utopía Consultores somos expertos en coaching laboral y estamos certificados por la ICF (Federación Internacional de Coaching). ¿Te animas a dejarte acompañar?