JustFab, Flipkart, eBay o Rakuten destacan entre los gigantes del ecommerce con mayor número de seguidores en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram. No es casualidad que tanto sus ventas como sus comunidades de fans alcancen cifras millonarias, y para sorpresa de muchos, ambas se retroalimentan. Y es que el comercio social es una poderosa herramienta que no todas las tiendas online están sabiendo aprovechar.
Según datos de Social Media Today, el 45% de los consumidores digitales utilizan redes sociales a través de sus dispositivos móviles para tomar decisiones de compra. Este estudio confirma el cambio en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones, que ya no se limitan a investigar las reviews de productos dentro de las tiendas online, sino que investigan activamente en sus perfiles sociales, siendo menos impulsivos en la compra de productos. Pero ¿en qué consiste exactamente el comercio electrónico social?
¿Qué es el comercio social? Una breve definición
El comercio social se define como el proceso de compra de un producto/servicio a una empresa dentro de la experiencia nativa de las redes sociales. Por ejemplo, navegar en Facebook en busca de ropa y complementos y adquirir una bufanda de Zalando dentro de la plataforma, es decir, sin ser redirigido a la tienda online de dicha empresa.
De ahí que esta metodología reciba el nombre de comercio 'social', pues se desarrolla en el ecosistema de Facebook, Instagram, Twitter y otras redes sociales, que se utilizan como vehículos para promocionar y ampliar el alcance del stock de tiendas online. Es importante, pues, entender que el comercio electrónico social y el social selling son conceptos distintos; en el primero, se persigue iniciar y cerrar ventas dentro de los límites de Facebook, Twitter o Instagram, mientras que en el segundo se busca conseguir leads y cultivar relaciones positivas con los clientes utilizando dichas plataformas. Si quieres ampliar esta información, este artículo con ejemplos de social selling resolverá tus dudas.
En ambas metodologías, el éxito de las campañas de comercio social se mide por el grado en que los consumidores interactúan a través de retweets, me gusta y otras acciones, no sólo cuando hacen click en los botones de compra habilitados en las plataformas.
En la actualidad, existen cuatro plataformas que disponen de funciones específicas para practicar comercio social. Veamos sus características esenciales:
En definitiva, el comercio social aparece como una prolongación, un apéndice del escaparate de las empresas retail, que les permite incrementar sus oportunidades de venta y reducir su dependencia al tráfico orgánico y pagado. A propósito de este punto, quizá te interese conocer estos hábitos para mejorar el alcance de tus productos en redes sociales.
Por qué el comercio social triunfa entre empresas y clientes
Facilitan el pago a los mobile users
Una de las claves del éxito del comercio social es la simplificación del proceso de compra. Aunque la mayoría de los usuarios navegan a través de dispositivos móviles, las estadísticas se desploman en el caso de las tiendas online, debido a la calidad dispar de las páginas de checkout, que en la mayoría de los casos ofrecen una experiencia incómoda, lenta y con formularios muy molestos.
Sin embargo, esto no sucede en Facebook o Instagram, donde la navegación es más fluida y las compras tienden a agilizarse, pues la mayor parte de los navegantes son usuarios registrados, no necesitando rellenar largos formularios para finalizar una compra. De este modo, el comercio electrónico social consigue limar una de las grandes asperezas de las tiendas online.
Generan confianza
La confianza, tan importante para lograr las primeras ventas en ecommerce, es parte del éxito del comercio social. Los gigantes del comercio electrónico, como eBay o Amazon, saben que sus clientes les reconocen y confían en sus marcas, pero ¿qué sucede con una empresa que acabe de iniciar su aventura comercial? Es evidente que encontrará una mayor resistencia por parte de los usuarios a depositar su confianza en un ecommerce desconocido.
El uso del comercio social ha demostrado ser útil para generar una confianza adicional en los usuarios. No obstante, las redes sociales tienen un gran margen de mejora en materia de ciberseguridad. Los recientes escándalos de privacidad que afectan a Facebook y otras plataformas tecnológicas demuestran que están lejos de ser falibles, motivo por el que una parte de los usuarios no confía plenamente en estos entornos digitales.
Proponen una compra más atractiva y visual
El contenido visual ha incrementado su importancia con el boom de las redes sociales y de la navegación en dispositivos inteligentes. De ahí que las imágenes, infografías y vídeos tengan un impacto mayor en las métricas que el contenido textual. El comercio electrónico no ha quedado fuera de este auge. Incluso han surgido tendencias y términos relacionados, como instagrammability, que define a aquellos perfiles que dedican mucho tiempo y esfuerzo a la composición de las imágenes.
El comercio social brinda una oportunidad de oro a las tiendas online para destacar entre la multitud y conseguir un estilo inconfundible. Esto puede requerir una gran inversión de tiempo y esfuerzo. Basta revisar los perfiles de Hawkers , LEGO o Pompeii para entender el valor creativo que hay detrás de cada publicación (y la cantidad de horas que requiere). Sin embargo, los usuarios demuestran ser muy reactivos a los contenidos visuales, motivo por el que las métricas de conversión son elevadas en estos entornos.
Cómo implementar estrategias de comercio social
Una de las ventajas del comercio social es la facilidad para desarrollar estrategias y campañas gracias a las muchas herramientas disponibles (Storefront, Instagram Shopping, Buyable Pins, etc.). Veamos algunos ejemplos de comercio electrónico social que sin duda inspirarán a las tiendas interesadas:
Incluye botones de 'compra' en publicaciones
La forma más rápida y elemental de explotar las posibilidades del comercio social es incorporar a las publicaciones los botones de compra habilitados. En Twitter y Facebook, dichos botones son fácilmente distinguibles, pero sus nombres pueden variar en función de la plataforma: Buyable Pins en el caso de Pinterest o Instagram Shopping en el caso de Instagram.
¿Por qué son tan efectivos estos botones de compra? Porque funcionan de forma similar a los CTAs (Llamadas a la acción) de una landing page, despertando el interés de los usuarios, incrementando el número de clics y, claro está, informándoles de que el producto de la imagen puede adquirirse.
Colecciones, etiquetas y stories
A través de las redes sociales, las tiendas online están emulando el éxito de los catálogos de IKEA y otros recursos de marketing similares. La publicación de colecciones y stories permiten mostrar los productos 'en acción': ya sea una prenda, un mueble o un complemento, las composiciones fotográficas encantan a los usuarios, porque les muestran los productos que desean no en el envoltorio, sino en su elemento natural (un jarrón en una cocina de estilo modernista, los juguetes de LEGO en dioramas muy elaborados, etc.). De esta forma, las marcas hacen uso de uno de los principios del marketing: vender el aroma, no el jamón.
Pero ¿cómo se logra capitalizar estos esfuerzos creativos? Claro está que las marcas no viven de likes y comentarios. Plataformas como Instagram permiten etiquetar productos en publicaciones, de manera que los posibles clientes pueden ampliar información o conocer más sobre aquellos artículos que les interesan. Por otra parte, Facebook dispone de anuncios 'carousel' que ofrecen una alternativa interesante.
En vista de lo anterior, el comercio social es una apuesta de futuro para las empresas dedicadas al ecommerce. La competitividad es elevada, pero también los son las oportunidades de venta. Ni qué decir tiene que, para las tiendas con grandes comunidades de fans, es una forma excelente de sacarles partido.