Cuando se hacen rutas de montaña hay muchas cosas que tener en cuenta, entre ellas el mal de altura o soroche. Desde que compartimos con vosotros nuestro trekking al campamento base del Everest, muchos nos habéis transmitido vuestras dudas acerca del mal de montaña y como combatirlo. Hoy quiero resolverte todas las dudas con información detallada.
Aún así, entiende que no somos médicos. Toda la información que voy a compartir está sacada tras mucha investigación en todo el tiempo que llevamos haciendo trekkings, así como la información que encontramos en los Himalayas y que el propio médico nos facilitó al visitarnos expresamente por el mal de altura. Aún así, lo mejor siempre es acudir a un profesional y el te diga qué medicación tomarte y cómo actuar.
Empecemos por lo básico:
¿Qué es el mal de altura?
El mal de altura no es solo el nombre que recibe un libro escrito por el periodista y montañista Jon Krakauer. En palabras sencillas:
El mal de altura, correctamente llamado mal agudo de montaña, es la mala adaptación del cuerpo a la falta de oxígeno. Depende de donde seas habrás oído hablar acerca de este estado también conocido como mal de montaña, soroche, puna o incluso mal de páramo.
La hipoxia (falta de oxígeno) suele ocurrir a partir de los 2.400m de altitud y se considera "zona de la muerte" a partir de los 7.500m. A menos que vayas a subir a alguna montaña como el Everest, dudo que te vayas a exponer a una altitud de mas de 7.500m. Aún así déjame aclararte que a partir de esa altitud se llama "zona de la muerte" porque el cuerpo no tiene el oxígeno suficiente para funcionar. Debido a la falta de oxígeno, el sistema digestivo funciona más lento, la energía que se necesita es demasiada y no es posible aclimatarse. El cuerpo va "muriendo" poco a poco.
Igualmente, popularmente se considera zona de "peligro" de mal de altura a partir de los 3.000m sobre el nivel del mar.
Por último, pongámonos un poco más técnicos. ¿Por qué tenemos menos oxígeno en nuestro cuerpo cuánto mas alto estamos? Esto se explica ya que la presión atmosférica baja conforme estamos a mas altitud. El aire es menos denso y por ende lleva menos oxígeno en el. Esto hace que los alvéolos pulmonares no sean capaces de transportar tanto oxígeno.
Personalmente creo que es mucho más importante el prevenir el mal de altura y aclimatar el cuerpo, que no luego intentar combatirlo. Así que vamos a ver cuáles son los síntomas del mal de altura para saber como evitarlo.
Si lo prefieres, puedes ver este vídeo en el cual te contamos los síntomas e información de manera más dinámica. Sino sigue leyendo bajo el vídeo:
¿Cuáles son los síntomas del mal de altura?
Los síntomas del mal de altura son bien conocidos y el diagnóstico es clínico. De hecho existe una tabla llamada escala de Lake Louise con el listado de síntomas en el cual se puntúa cada uno de ellos y según el número total se considera si se tiene mal de altura y en qué nivel de gravedad.
Puedes encontrar la tabla al final de este apartado pero primero vamos a conocer los síntomas de mal de montaña:
Síntomas leves
Los primeros síntomas son leves y suele empezar con dolor de cabeza y pérdida del apetito.
- El dolor de cabeza (o cefalea) suele ser punzante. Es normal sentir dolor de cabeza al estar en altas altitudes, pero hay que estar atento a si este dolor persiste y no es momentáneo.
- Pérdida del apetito: Solemos sufrir mal de altura por realizar trekkings a mucha altitud. Lo normal en estos casos es necesitar buenas dosis de alimentos y sería raro que no tuviéramos hambre. Debemos estar atentos a si perdemos el hambre y/o si tenemos nauseas e incluso vómitos sin comer o tras forzarnos a comer.
Yo digo que el mal de altura te va convirtiendo poco a poco en un zombie. Otro síntoma leve sería el...
- Cansancio o fatiga, si nos notamos somnolientos y nos cuesta mantenernos en movimiento. Estando en ruta nos puede costar mantener el ritmo y podemos sentir un gran agotamiento.
- A los pocos pasos, podemos notar que se nos acelera el ritmo cardíaco (tenemos dificultad respiratoria). Nos agotamos con más facilidad independientemente del esfuerzo hecho.
- A partir de aquí, también debemos prestar atención a los mareos o vértigo. Cuando sufrí de mal de altura en los Himalayas llegó un punto que veía borroso el camino y andaba medio dormida. Como ya estarás deduciendo, aquí ya empieza a ser más grave el mal.
Por último, al sufrir de mal de montaña podemos tener dificultades en dormir.
- El trastorno del sueño podemos hablar tanto de insomnio como de lo contrario. Ya hemos hablado de la parte de estar somnoliento. También hay que estar atento a si nos cuesta dormir o nos despertamos bruscamente en mitad de la noche.
Los síntomas no se presentan uno por uno en este orden, aunque sí sería algo común.
Síntomas graves
Si no nos parecían lo suficientemente fuertes los síntomas vistos, aquí es cuando vemos que el mal de altura puede llevar a la muerte a la persona que lo sufre. Los síntomas graves son el edema cerebral y el edema pulmonar. Es muy común encontrar información acerca de ambos cuando nos encontramos en zonas de gran altitud (4.500m y mas). Vamos a ver que son ambos edemas.
- El edema cerebral es cuando ya hay fuertes alteraciones en el sistema cerebral. El ser que lo sufre puede tener pérdidas de memoria, desorientarse, alucinaciones e incluso llevarle al coma.
- El edema pulmonar se muestra en la dificultad en la respiración, tos fuerte y dolor en el pecho.
Ambos edemas aparecen de repente y evolucionan rápidamente. Es por ello que se debe evitar de todas las maneras llegar a estos puntos ya que podría ser muy tarde para llevar a la persona al hospital o recibir cualquier tipo de asistencia.
Consejos para prevenir el mal de altura
Ahora que ya somos conscientes de la gravedad de exponernos a altas altitudes, vamos a ver como ser responsables. Es importante saber como evitar, como combatir y como curar (si es que es posible) el mal de altura. Aunque nos dejemos en manos de profesionales, hay mucho trabajo que tenemos que hacer nosotros mismos cuando estamos en la montaña.
Hidratación
No puede repetir suficiente cuan importante es la hidratación. Si se suele decir que una persona debe beber 1 litro de agua al día, cuando nos exponemos a altas altitudes debemos beber el doble o mas. Nosotros durante el trek al CB del Everest bebíamos uno s 3-4 litros al día por persona. Aunque hacer pis en la montaña y a bajas temperaturas no sea lo que más nos apetezca, el beber mucha agua es vital para prevenir el mal de altura.
Es común que en cada región de alta montaña tengan remedios naturales más conocidos. Se suele recomendar el té de jengibre y es muy común en Sudamérica tomar bebida a base de hojas de coca, una planta cuyo origen está en los Andes. En los refugios y lodges de montaña incluso te sirven jarras de agua caliente sin más para que te mantengas hidratado.
Alimentación
Aunque no sea un punto clave, es obvio que debemos estar bien alimentados. Comer carbohidratos siempre nos dará un chute de energía en un corto plazo de tiempo. Aún así es importante hacer varias comidas al día y dejarnos de alcohol y bebidas con gas.
Camina alto y duerme bajo
Este es el dicho para tener un ascenso adecuado. Con esta frase se quieren decir varias cosas. Por un lado, no debemos dormir a la máxima altitud alcanzada ese día. Siempre es mejor dormir unos metros por debajo para ir acostumbrando a nuestro cuerpo.
Además, no por más correr llegarás más lejos. Encuentra un ritmo de caminar que te sea cómodo y no te deje asfixiado. Camina siempre a ese ritmo, despacio pero constante. Llegarás antes que los cuatro locos que van rápido y se tiene que parar cada diez minutos por falta de oxígeno.
Aclimatación
Siguiendo con qué ritmo a seguir durante un trekking a altas altitudes, hay que ser responsable y dedicar días a la aclimatación. Se recomienda hacer un día de aclimatación cada 1.000m subidos.
¿Qué es un día de aclimatación? En un día de aclimatación dormiremos en el mismo lugar dos noche seguidas, eso no quiere decir que nos tomemos el día de descanso tumbados en una hamaca. Ese día deberemos hacer una excursión subiendo a una mayor altitud de en la que dormimos. De esta manera exponemos nuestro cuerpo a mayor altitud, pero al dormir en una mas baja damos tiempo a que nuestro cuerpo se acostumbre. Los futuros días, al volver alcanzar una mayor altitud nuestro cuerpo debería reaccionar adecuadamente.
Un ejemplo es en el valle del Khumbu, durante el trekking al campo base del Everest se hace un día de aclimatación en Namche Bazaar. Este pueblo está a 3.440m. Se suele hacer una excursión pasando por Thame a 3.820m y llegando al Hotel Everest View a 3.880m desde donde ya descenderemos hasta Namche Bazaar para dormir.
Medicamentos
Ahora pasemos a hablar de los medicamentos y pastillas para el mal de altura. Recuerda, no somos médicos pero queremos darte nuestra humilde opinión tras lo vivido.
La pastilla estrella para el mal de altura es la acetazolamida, la cual es un diurético. Por su acción en el cuerpo hará que podamos respirar mejor. La marca mas popular de tomar es el Diamox. Nuestra experiencia al preguntar al médico fue que no tenía ni idea de la pastilla para el mal de altura. Durante el trekking vimos como los guías hacían tomar una pastilla de Diamox a los viajeros cada mañana como parte del desayuno. Esta pastilla se usa mas para prevenir los síntomas y no tanto para combatirlo una vez ya lo sufres.
Otra de las recomendaciones es tomar ibuprofeno, lo cual me parece la peor de las ideas. Si tienes dolor de cabeza o cualquier dolor en tu casa, quizá estás habituado a tomarte ibuprofeno. Si lo haces teniendo, por ejemplo, dolor de cabeza, lo que harás es esconder dicho síntoma. Cuando se termine el efecto de la pastilla te encontrarás igual o peor que antes.
Cuando nos exponemos a altitudes con riesgo de mal de altura hay que estar muy atentos a nuestro cuerpo y hacerle caso.
El mal de altura puede tener diferentes causas. Es normal tener dolor de cabeza y algún que otro síntoma leve. Aún así, si los síntomas perduran, empezamos a notar problemas cardiacos o van simplemente a mas hay que actuar. Lo primero que hay que hacer es dejar de subir altitud. De hecho, lo que se debe hacer es descender 500m y ver como reacciona el cuerpo en esa actitud menor con buena hidratación, alimentación y una actividad mínima.
Nuestra experiencia con el mal de altura o de montaña
La única vez que hemos sufrido mal de altura ha sido durante el trekking al campo base del Everest. Durante otros trekkings realizados no hemos tenido mayor problema.
Durante dicho trekking llegas en avión a Lukla, la cual ya está a 2.800m. Hay personas que ya puede darle el mal de altura allí por el gran cambio de altitud. En nuestro caso nos encontramos bien y solo notamos un poco más de cansancio de lo habitual y un ligero dolor de cabeza que se fue al día siguiente.
La parte más dura fue ya pasados los 4.000-4.500 metros de altitud. Rubén tenía un dolor de cabeza punzante, pero su ritmo de trekking era bueno y no se sentía más cansado de lo habitual. En el último pueblo antes del campo base notó mareos, pero ya era nuestro último día antes del descenso.
Por mi parte, sí que llegué a sentirme muy somnolienta y llegué a perder el apetito, aunque intentaba obligarme a comer un poco. Al día siguiente seguimos la ruta y, sinceramente, lo recuerdo todo borroso. Me costaba muchísimo andar y eso que el terreno era bastante llano y había poco desnivel. Llegué al siguiente pueblo sin casi poder moverme, muy dormida y con un gran dolor de cabeza. Se pasa muy mal porque no comprendes lo que pasa, sencillamente notas que no puedes moverte ni tienes tanta capacidad de reacción como sería normal. Puedes ver esta parte del trekking en estos vídeos.
Al final ha quedado un artículo bastante largo, pero espero haberte dado bastante información como para que comprendas la gravedad del mal de montaña y a qué factores debes de estar atento durante una ruta a alta altitud. La montaña puede ser nuestra amiga, pero siempre hay que estar alerta, ser responsable y respetuoso.