¿Que es el maltrato?

Por Myriam Cabanillas
Condeno el maltrato infantil en cualquiera de sus formas y medidas.

Yo misma , tristemente, he dado alguna colleja o azote a mis hijos (aunque prometo que se pueden contar con los dedos de la mano) pero no por ello lo justifico y no  cesaré en el empeño de seguir buscando herramientas que me ayuden a mejorar el manejo de los conflictos con ellos.

No os pretendo vender perfección, por que no soy perfecta.


No me acomodo detrás del "todo el mundo lo hace" o el "a mi me pegaron", ni tampoco detrás del "un cachete no tiene importancia"

Es importante grabarnos y entender que no se maltrata solo cuando se deja una marca en la piel, maltratar es tratar mal. Simple.

Si te miro mal, si te chillo, si te vapuleo, si te hago de menos, si no te cuido, si te pego, si te avergüenzo, si no cubro tus necesidades, si no te doy cariño, si te hago sentir vulnerable, si te hago sentir que no vales: Te estoy tratando mal.


Por tanto,señoras y señores, en mi vara de medir un simple cachete, ya es maltrato.

Cuando sientas la necesidad de pegar a tu hij@ :

-Mírale a los ojos y siente su inocencia

-Recuerda tu infancia
-Posa su mano sobre la tuya y compara el tamaño
-Recuerda que los niños no son malos, solo son niños.
A nivel neurológico no han desarrollado conexiones que nosotros si, no han adquirido aun habilidades sociales que nosotros si, no tienen el auto-control que nosotros ya hemos tenido años para ejercitar.


Cuando sepas que es la rabia la que toma el mando de la situación, cuando sean los prejuicios los que desencadenen la respuesta automática, párate a pensar por unos instantes como vas a actuar.

Por que las palabras no siempre se las lleva el viento, a veces se quedan acomodadas en un rinconcito profundo de nuestro recuerdo, cobijadas en un pequeños reducto de nuestro corazón y modifican nuestros pensamientos.

Es como el efecto mariposa y el aleteo a veces de una furiosa mirada de manera rutinaria, pone en marcha todo un complejo mecanismo que creará la imagen de si mism@ que tendrá en adelante nuestro@ hij@.

Insto a todo aquel que defiende la bofetada o el azote a que reflexione sobre su propia infancia, que bucee de corazón en el recuerdo de las veces que le pegaron de pequeño, no en los motivos que tuvieron sus padres para hacerlo, no, en los sentimientos que tenia aquel/la niñ@ que recibía el golpe.

Te invito a que hagas un profundo trabajo interior y pienses cual es el motivo real por el que educas soltando la mano a paseo, aunque sea "solo cuando es necesario".