¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista (TEA)?

Publicado el 22 agosto 2022 por Mamatienemuchosueno

El TEA (Trastorno del Espectro Autista) es, actualmente, uno de los trastornos más comunes. Quizás conoces a alguien que ha sido diagnosticad@ con este trastorno, o simplemente has escuchado sobre él. Sea como sea, siempre viene bien conocer de qué se trata, con el fin de derribar algunos mitos y falsas creencias que impiden llevar a cabo una verdadera inclusión. A continuación te cuento un poco qué es el TEA y qué características conlleva para la propia persona diagnosticada y para su entorno.

TEA o Trastorno del Espectro Autista

Como quizás ya te habrás dado cuenta, el TEA son las siglas de Trastorno del Espectro Autista. También es conocido como Autismo.

Como su propio nombre indica, estamos ante:

  • Un trastorno (y no enfermedad), lo que nos indica que NO se cura.
  • Un amplio espectro de particularidades, características y síntomas. Estas amplias diferencias se observan cuando, por ejemplo, un mismo diagnóstico puede implicar retraso mental severo y altas capacidades, en función de la persona diagnosticada. No obstante, existen algunas características muy comunes que muchas personas TEA suelen compartir.

Podemos definir el Trastorno del Espectro Autista como un trastorno neurobiológico y del desarrollo, que se inicia en la niñez y acompaña a la persona durante toda su vida. Aunque se puede diagnosticar desde el primer año de vida, en muchas ocasiones el diagnostico no es certero hasta los 5 años o más. Algunos de sus síntomas, en edades tempranas, indican retrasos en el desarrollo que pueden ser diagnosticados como Retraso Global del Desarrollo (ojo, que no es lo mismo que Trastorno Generalizado del Desarrollo), como fue el caso de mi hijo.

Existen 3 grados de TEA: Grado 1, 2 y 3. El grado 1 es el más suave, mientras que el grado 3 es el más profundo.

Actualmente se desconocen las causas que pueden provocarlo, aunque la idea de tratarse de una combinación de genes y factores ambientales está cobrando fuerza en las investigaciones que se están realizando al respecto. Se ha comprobado que el trastorno tiende a reaparecer en familias con algún miembro diagnosticado.

Los síntomas más característicos del TEA

Estamos ante un trastorno de amplio espectro, lo que indica que puede presentar una gran variedad de síntomas. Esto, en muchas ocasiones, dificulta el diagnóstico. No obstante, existen algunas características básicas que suelen darse en multitud de casos. Entre ellas, encontramos:

  • Dificultad para comunicarse socialmente
  • Retrasos en diferentes áreas del desarrollo
  • Maneras diferentes de funcionar que afectan en las diferentes áreas de la vida (personal, escolar, laboral)
  • Realizar poco o nulo contacto visual con los demás
  • Escaso interés por lo que ocurre alrededor, parece no escuchar cuando se le nombra
  • Persona muy introvertida, siempre parece permanecer en su mundo
  • Áreas de interés muy reducidas
  • Obsesión por objetos y/o temas, pudiendo llegar a tener un extenso conocimiento por temas que no suelen ser de interés general (espacio, medios de transporte, animales, números…)
  • Aunque algunos tipos de TEA se caracterizan por no desarrollar el lenguaje, otros lo hacen por tener un lenguaje muy variado y rico, incluso pedante.
  • Falta de empatía (comprender las emociones y puntos de vista de otras personas)
  • Dificultades a la hora de jugar a juegos simbólicos (representaciones de la vida real como cocinitas, mamás y papás…)
  • Comportamientos repetitivos (ecolalias, dar vueltas sobre si mismo, jugar con los mismos objetos de manera repetitiva…)
  • Extremada sensibilidad a objetos, sabores, tactos, ruidos (les molestan excesivamente los ruidos fuertes, no toleran ciertas texturas tactiles y/u alimentos, les molesta de manera extrema el roce de la ropa…)
  • Dificultades para adaptarse a cambios en la rutina por muy pequeños que sean

¿Cómo se diagnostica el TEA?

Para diagnosticar TEA se necesita el pase de unas pruebas estandarizadas y objetivas, que pueden determinar si el niño o niña posee (o no) esta condición. Estas pruebas pueden ser administradas por profesional sanitario, especialmente psicólog@s y neuropsicólog@s.

En algunos casos, la sospecha parte de la propia familia. En otros, parte del colegio, o del pediatra. Sea como sea, y aunque el TEA puede evaluarse desde antes de los 5 años, es a partir de ese tiempo cuando el diagnostico puede ser más certero.

¿El TEA implica discapacidad y dependencia?

Antes de adentrarnos en este asunto, debemos tener clara una cosa: Discapacidad y dependencia no son lo mismo.

Discapacidad, como su propio nombre indica, implica una capacidad inferior y/o diferente.

Dependencia es cuando se depende de otra persona para realizar alguna tarea, hace referencia a la funcionalidad.

El TEA, en función de su grado, puede implicar diferente discapacidad y dependencia.

Se pueden solicitar las dos cosas, por supuesto. Pero:

  • Grados bajos de TEA (especialmente grado 1 e incluso 2) pueden tener un porcentaje de discapacidad inferior al 33% (mínimo para solicitar ayudas y recursos) y pueden no tener dependencia.
  • Los grados mas altos (grado 2 y 3) si suelen tener suficiente discapacidad para solicitar recursos (33% o más) y sí que es más probable que se le reconozca la dependencia, puesto que se trata de grados que generalmente implican discapacidad intelectual.

Sea como sea, ¿Se puede solicitar la discapacidad y dependencia a partir del diagnostico? Si, se puede. Otra cosa es que lo den, en función de las características de cada una de las personas diagnosticadas.

¿Qué hacer si sospecho que mi hijo/a puede tener TEA?

Si sospechas que tu hijo/a, familiar e incluso tu mism@ puedes tener TEA, te recomiendo acudir al médico de atención primaria (pediatra). Posiblemente, éste nos derivará al neurólogo (neuropediatra si se trata de niñ@s), quien podrá solicitar o recomendar una evaluación, así como iniciar Atención Temprana.

En ocasiones, la sospecha viene del colegio. Otras veces, viene de la familia, o incluso del pediatra. Sea como sea, e independientemente de donde venga, debemos ponernos en marcha para esclarecer la situación.

Conocer el posible diagnóstico es fundamental para poder trabajar con la persona de la manera correcta, pues no todos los TEA funcionan igual que las personas neurotípicas («normales«). Debemos tener en cuenta, además, que la detección temprana es muy importante pues cuanto antes se empiece a trabajar, mejores resultados se consiguen.

En caso de estar en situación de sospecha, no tengáis miedo. Olvidaros del qué dirán. Acudir al neuropediatra sin reparo. Al psicólogo sin tabúes. Normalizar la situación con vuestros allegados, porque todos deben estar al corriente para comunicarse de manera efectiva con él (vuelvo a decir, las personas TEA poseen otras formas de funcionamiento). Menear cielo y tierra para luchar contra las discriminaciones. Y, sobre todo, darle muchos, pero muchos besos a vuestr@ hij@…