¿Se ha fijado en que la frontera entre Formación e In-Formación es cada día más sutil y difícil de señalar?
¿Razones? Creo que dos. Por un lado, Internet ha colocado en el mismo saco ambos conceptos. Mas luego, los conceptos van evolucionando con tal rapidez, que el gran parte de lo que antes era formación, ahora es solo información. Del conocimiento profundo y “de por vida” al conocimiento fungible convertido en bien de consumo.
Esta situación apareja problemas señalados para los departamentos de formación de las empresas. Y es que estamos manejando dos tipos de contenidos, los dedicados a perdurar y los fungibles. En el fondo, esto es un problema de almacenamiento. Si queremos que algo se conserve en el tiempo, lo empaquetamos bien, con cuidado. Guardamos la edición en papel biblia del Quijote de manera distinta a como conservamos un periódico.
Llevadas estas ideas a la práctica, si algo es “formación” debo empaquetarlo en unos modos de trasmisión específicos, y dedicarle un tiempo y un esfuerzo. Pero si algo es “información”, me basta con emitir una circular o un PDF más o menos bien maquetado. Formación e información aparejan tratamientos distintos, esfuerzos diferenciados, sistemáticas de implantación muy específicas. Y si nos confundimos, empleamos la tubería incorrecta para trasmitir el liquido que intentamos llevar al consumidor. Y eso es peligroso. Un contenido informativo, si le damos tratamiento formativo, consume recursos y banaliza lo que hagamos “esto con que me hubieras pasado el archivo habría sido suficiente”. Hacemos perder el tiempo. Por el contrario, un tratamiento formativo, manejado como si solo fuera información, pierde peso, no llega: “este tema necesitaba más tiempo, mas dedicación”.
Gran parte de los problemas de ineficacia de los departamentos de formación, proceden del hecho de tratar formación e información en modos no diferenciados, y a veces, confundidos o confusos. Un departamento de formación debe tener unos criterios claros para diferenciar que, de lo que trata, es formativo, o informativo. Y unos canales muy específicos según sea una cosa o la otra.
Pero esto nos lleva a la “pregunta del millón” ¿cómo diferenciamos lo que es formativo, de lo que es informativo?
No hay un criterio único. Pero en un próximo Post comentaré el que usamos en Formación y Control. A nosotros nos es útil ¿por qué no a vosotros?