Quiero contaros que por fin, desde que soy coach, puedo gestionar algo con lo que he tenido problemas durante toda mi vida: la asertividad.
Os explico primero qué es. La asertividad es una manera de comunicación (cómo nos comunicamos con los demás), mediante la cual hacemos respetar nuestros derechos siempre respetando los derechos de los demás. Y esto que parece fácil no es tan sencillo. Influye en aspectos tan importantes como puede ser la autoestima. De hecho, en palabras de la psicóloga Olga Castanyer, "la asertividad es la expresión de una sana autoestima".
¿Por qué? Porque al comunicarnos asertivamente estamos expresando nuestros deseos, sentimientos, opiniones y gustos, sin atacar, sin estar a la defensiva, respetando los derechos y opiniones de nuestros interlocutores. Estamos indicando en qué medida nos valoramos y respetamos lo que sentimos y deseamos.
Y ¿por qué nos cuesta tanto? No es tan fácil puesto que un gran número de nosotros, entre los que me incluía, nos comunicamos desde alguno de estos extremos.
Muchos os sentiréis identificados alrededor de estos dos modelos:
El modelo de la comunicación pasiva. Es aquella llevada a cabo por personas que no expresan lo que sienten, que se callan, que no dan su opinión, que no saben decir que no, que sienten que los demás tienen más derechos que ellos mismos.
El modelo de la comunicación agresiva. Es el utilizado por personas que agreden, insultan, se creen más que nadie, hacen valer sus derechos sin importarles los de los demás, los imponen.
Analizar el por qué cada uno de nosotros nos comunicamos de la manera cómo lo hacemos es volver otra vez a la infancia, y hacer un pequeño examen para ver cuáles han sido los factores que nos han llevado a comunicarnos de esa determinada manera.
Esta semana no hay lista de trabajo, pero sí os recomiendo hacer un pequeño análisis de vuestra manera de comunicaros con los demás.
Yo cuando trabajé en ello, me di cuenta que me costaba muchísimo decir que no. Yo asociaba decir que no con ofender al de enfrente sobre todo en planes sociales con amigos. Las consecuencias eran peores porque decía que sí y, como en el fondo no era mi deseo, estaba siempre en conflicto entre lo que quería y lo que realmente hacía.
Otras personas no se atreven a decir que no por diferentes creencias. Por ejemplo, en el mundo laboral no se debe decir que no al jefe.
A quienes verdaderamente nos cuesta comunicarnos asertivamente sólo hay una manera de cambiarlo y es entrenar donde cojeamos.
Yo por ejemplo, os digo cómo trabajé y sigo trabajando. Utilizo la técnica del sándwich.
Un sándwich tiene tres capas diferenciadas y a cada una la vamos a dar una función:
- Tapa de arriba: ofrecer un mensaje positivo.
- Relleno: La negativa o la discrepancia.
- Tapa de debajo: ofrecer otro mensaje positivo.
Es una técnica muy amable que evita una discusión y prepara a quien la escucha para recibir tu no o tu opinión diferente de la suya, sin molestarse. Y a uno mismo le hace ser coherente consigo mismo.
Os doy un ejemplo personal. A mí me costaba decir que no, como os he dicho, a planes sociales sobre todo de noche porque soy una persona diurna. Cuando surgían cenas a las 10 de la noche no podía decir que no y menos a la gente que quiero.
Ahora trabajando y siendo consciente de lo que quiero, lo hago de esta manera. Es tan sólo un ejemplo por si os sirve de ayuda.
Me llama mi amiga Diana para invitarme a una cena:
- " Muchas gracias Diana por invitarme a cenar y acordarte siempre de mí, me encanta verte porque siempre estás tan alegre que lo contagias".
- "Lo que pasa es que estos días estoy muy cansada porque me estoy levantando muy temprano y me estoy acostando pronto. Así que no podré ir a tu cena".
- "Sin embargo, como me apetece mucho verte, quería proponerte si te apetece quedar a comer un día la semana que viene".
Diana y yo seguidamente miramos agenda y quedamos la semana que viene para comer.
¿Qué hacemos si la gente insiste o si tienen patrones de comunicación hablando desde el victimismo en los cuales a veces resulta más difícil decir que no, sobre todo si son familiares, o cuando se acerca más al patrón de agresividad que directamente ordenan y mandan en su manera de comunicar?
Aquí se puede utilizar la misma técnica del sándwich utilizando el disco rayado. LAS VECES QUE HAGA FALTA.
Por ejemplo:
Un jefe que pide a un trabajador una determinada tarea:
- "¿Por favor, me puedes entregar mañana a primera hora el informe de ventas?"
- "Me encantaría poder presentártelo mañana pero no lo he terminado y como te dije hace varias semanas, mañana tengo una boda y no puedo venir a trabajar".
- "Ya, pero yo necesito ese informe a primera hora de la mañana y lo quiero".
- "Como te he dicho, me encantaría poder entregártelo pero no va a ser posible porque ya te comuniqué hace tiempo que mañana tengo una boda y no vengo a trabajar. En cuanto pueda lo terminaré y te lo entregaré".
Así las veces que sea necesario.
Yo esto lo trabajé con mi coach, pero lo podéis practicar con cualquier persona de vuestro entorno, porque lo que sí que os digo, es que sólo se consigue ser asertivo con mucha práctica.
Imagino que ya os habéis dado cuenta de la importancia de la asertividad, que es, en definitiva, la habilidad personal que nos permite expresar de manera adecuada nuestras emociones a otra persona, es ir por la vida sin manipular ni dejar que te manipulen, es estar en equilibrio a la hora de opinar, es no sentirse culpable a la hora de decir que no si de verdad quieres decir NO.