Las preocupaciones de diverso orden entre las que raramente faltan las de índole económico, contribuyen a lo que podríamos llamar, una ausencia, un alejamiento de lo que debe constituir el centro de la vida, o sea del propio ser que anima la existencia.
La atención a todo lo que pasa dentro y fuera nuestro será entonces requisito indispensable para que nada quede ajeno a la propia conciencia, pudiendo de esa manera combatir la inercia mental y estados de ánimo que conducen al desgano, al abandono y al no hacer nada, que es ausencia de vida.
De esa forma habremos ido registrando en el libro de la vida, pasajes plenos de encanto y de valor que atesorados en el sentir, conservaremos como presente de gratitud a Quién nos infundiera el soplo vital que anima nuestra existencia.
"La atención es conciencia actuando"
Carlos B. González Pecotche .
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