La depresión no es una enfermedad que se manifieste de la misma manera en todas las personas. Al igual que ocurre con una erupción cutánea o una enfermedad al corazón, la depresión puede adoptar varias formas. Como verá, hay un conjunto de síntomas que generalmente están presentes, pero la forma en que una persona experimenta la depresión a menudo es diferente de cómo la sufre otra.
Recuerde también que la definición de depresión sigue evolucionando, al igual que las terapias diseñadas para aliviar sus consecuencias. Estos cambios seguirán influyendo en esta área del conocimiento a medida que continúen las investigaciones. La definición estándar de depresión puede variar de alguna manera en Estados Unidos cuando la American Psychiatric Association revise el sistema para clasificar los trastornos de la salud mental. Está previsto que la quinta edición del “Manual de diagnóstico y estadísticas de los trastornos mentales” se publique el año 2012.
Este libro trata sobre las tres categorías principales de la depresión:
-Depresión mayor
-Distimia (depresión leve y de larga duración)
-Trastorno bipolar, antes llamado enfermedad maníaco-depresiva
Estos términos no alcanzan a describir la gran cantidad de variaciones en la forma en que se experimenta la depresión. De todas maneras, aunque en ocasiones las denominaciones parecen demasiado simples, sirven para ayudar a los médicos e investigadores a estudiar la depresión e intercambiar información acerca de sus variadas formas. Las categorías presentan diversas características que se superponen entre sí, pero también poseen sus propias características distintivas
¿Qué es la depresión mayor?La depresión mayor puede hacerle sentir como si el trabajo, la escuela sus relaciones y otros aspectos de su vida se hubieran salido totalmente de control o como si hubieran quedado en espera indefinidamente. Se siente constantemente triste o agobiado, o pierde interés en todas la actividades, incluso en aquellas que solía disfrutar. Estos sentimientos los persiguen todo el día, la mayor parte de los días y duran al menso dos semanas. Durante este periodo, también experimenta al menso cuatro de los siguientes signos de depresión:
- Cambios en el apetito que en ocasiones lo llevan a subir o bajar de peso.
- Insomnio o con menos frecuencia, exceso de sueño.
- Disminución del ritmo para hablar y realizar tareas o por el contrario, agitación excesiva o incapacidad para quedarse quieto.
- Pérdida de energía o sensación de cansancio la mayor parte del tiempo.
- Problemas para concentrarse o tomar decisiones.
- Sentimientos de inutilidad o de mucha culpabilidad sin razón.
- Pensamientos sobre a muerte o el suicidio, o planes o intentos de suicidio.
Otros signos pueden incluir una pérdida del deseo sexual, pesimismo o desesperanza o síntomas físicos como dolores de cabeza, dolores y molestias sin explicación, o problemas digestivos. La depresión y la ansiedad suelen aparecer simultáneamente, por eso es posible que se siente preocupado o afligido más frecuentemente de lo que solía sentirse.
Ambas personas pueden decir que se sienten tristes, pero la intensidad y profundidad de su estado de ánimo pueden diferir considerablemente. Además estos síntomas pueden ir acumulándose con el paso de los días, semanas o meses.
A pesar de esas variaciones tan marcadas, la depresión sí tiene ciertos patrones comunes. Por ejemplo, la depresión es más predominante en las mujeres que en el los hombres. Y aunque la depresión mayor puede comenzar en cualquier etapa de la ida, el primer episodio ocurre, en promedio, durante los primeros años de la adultez. La depresión o la desesperanza pueden ser tan paralizante que incluso podrían impedirle buscar ayuda. Lo que es peor, usted puede creer que el tratamiento nunca le permitirá sobreponerse a esa fuerza destructiva que lo domina.
Quien piense así comete un gran error. La gran mayoría de las personas que reciben el tratamiento adecuado se recuperan emocionalmente en dos a seis semanas, y pueden volver a disfrutar de la vida otra vez. Sin embargo, cuando la depresión mayor no se trata, el sufrimiento puede durar meses.
Además, los episodios de depresión suelen ser recurrentes. Cerca de la mitad de las personas que sucumben a un episodio de depresión mayor tienen al menos uno o más nuevos episodios más adelante. Algunos investigadores estiman que diagnosticar la depresión precozmente y tratarla con éxito puede ayudar a anticipar dichas recaídas. Se sospecha que mientras más episodios de depresión se tengan, mayor probabilidad de recaer en el futuro ya que la depresión puede provocar cambios permanentes en los circuitos y las sustancias químicas del cerebro que afectan el estado de ánimo. Asimismo, las personas que sufren de depresión mayor recurrente tienen un mayor riesgo de desarrollar trastorno bipolar que las personas que sólo han tenido un episodio.