Revista Opinión

Qué es la depresión vista a la luz del arte

Por Javier Martínez Gracia @JaviMgracia
QUÉ ES LA DEPRESIÓN VISTA A LA LUZ DEL ARTE

     Luis Alberto trae a colación un poema de Fernando Pessoa: “El mundo no se hizo para pensar en él / (pensar es estar enfermo de los ojos) / sino para al mirarlo estar de acuerdo”. Ese poema trata de la misma reflexión que hacía Picasso, y que transcribí en una anterior publicación: “Ojalá pudiéramos quitarnos el cerebro y usar solamente nuestros ojos”. También habla de lo mismo el poema de Borges que recordaba Ernesto Killner: “La moneda de hierro (…) Su reverso es nadie y nada y sombra y ceguera” (solo es, pues, la cara que se ve; la otra cara es pensada, no vista). Ver, pero no pensar… es la propuesta de los desencantados, me atrevo a decir que de los depresivos (la depresión puede tomar más derroteros que el de la estricta tristeza, aunque Pessoa sí era además una persona triste). Hoy no recurriremos a Ortega, sino a su discípula María Zambrano, que, por el contrario, decía que “la vida no puede ser vivida sin una idea”[1]. Complementando esa afirmación, también decía que “nada es solamente lo que es”[2], es decir, solo lo que es evidente, lo que de ello se ve. Las cosas, cuando las desnudamos de lo que nosotros les aportamos, cuando, en suma, nos desinteresamos de ellas, pasan, efectivamente, a ser solo lo evidente, el único plano de una moneda de una sola cara. El mundo pasa a ser solo lo que es, sin perspectiva de profundidad, sin finalidad, sin horizonte al que ser referido. Y respecto de esto, decía también Zambrano: “Si este horizonte cayera destruido de repente nos encontraríamos que lo que estábamos mirando en este momento, por insignificante que fuese, se convertiría en algo terrible, en algo que no nos permitiría ni movernos; seríamos presa del terror de su presencia”[3]. Porque pensamos, interpretamos las cosas a la luz del ideal hacia el que apuntan, hacia el horizonte. Nosotros mismos somos lo que evidentementesomos… más lo que aspiramos a ser, y que no podemos ver, solo pensarlo. Si nos quedamos sin horizonte, seríamos “presa del terror” de lo que es presente y nada más. Eso es la depresión. En el arte y en la vida.



[1] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Madrid, Alianza, 1987, pág. 73.

[2] María Zambrano: “Notas de un método”, Madrid, Mondadori, 1989, pág. 119

[3]María Zambrano: “Persona y democracia”, , Madrid, Siruela, 1996, pág. 78.


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