Algunas definiciones de evaluación presentan una orientación meramente cuantitativa de control y medición del producto, se pueden concebir como “una fase de control que tiene como objeto no sólo la revisión de lo realizado sino también el análisis sobre las causas y razones para determinados resultados, (…) y la elaboración de un nuevo plan en la medida que proporciona antecedentes para el diagnóstico”. (Duque, 1993, p. 167).
Al mismo tiempo, la evaluación está orientada por una teoría institucional (leyes, reglamentos, decretos y circulares) y por la cultura evaluativa existente, esta “se construye a través del conjunto de valores internalizados por docentes, alumnos, directores, supervisores padres y representantes de entes empleadores, acerca de la forma de concebir y practicar la evaluación en un determinado proceso educativo.” (Duque, 1992, p. 170).
La evaluación se concibe como una actividad indispensable y previa a toda acción que busca elevar el nivel de la calidad de la educación. Esta hace parte un momento de la planeación pedagógica, siendo la última etapa del proceso de aprendizaje, la cual nos facilita el identificar en el caso educativo, si la persona tuvo un aprendizaje o no.
‘’La evaluación conduce a un juicio sobre el valor de algo y se expresa mediante la opinión de que ese algo es significativo. Se llega a este juicio calificando qué tan bien un objeto reúne un conjunto de estándares o criterios. Así, la evaluación es esencialmente comparativa.’’ L. de la Garza Vizcaya (2004. P. 807)
La evaluación, supone establecer un conjunto de estándares y deducir el grado en el cual el evaluado alcanza los estándares. Al realizar esto, el evaluador esta en la posibilidad de hacer un juicio sobre el valor del evaluado.
El concepto de evaluación no es solo hacer un conteo de los aciertos y desaciertos de un plan o programa de estudios o del desempeño profesional, sino también recibir retroalimentación para el mejoramiento académico y personal tanto del personal docente como de la población estudiantil y, por ende, de la institución educativa. La evaluación educativa, se puede considerar como un instrumento para sensibilizar el quehacer académico y facilitar la innovación. González y Ayarza, 1996
Por otra parte, el Joint Committee on Standards for Educational Evaluation dice que «la evaluación es el enjuiciamiento sistemático de la validez o mérito de un objeto» (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 19). De manera, que en un estudio es importante en la misma medida lo bueno y lo malo de la situación evaluada. A partir de esto Stufflebeam y Shinkfield (1995, p. 20), consideran que la evaluación es un proceso complejo pero inevitable. Es una fuerza positiva cuando «sirve al progreso y se utiliza para identificar los puntos débiles y fuertes, y para tender hacia una mejora».
Finalmente se menciona la definición de López (1995), la cual sustenta a la evaluación curricular en el manejo de información cualitativa y cuantitativa para juzgar el grado de logros y deficiencias del plan curricular, y tomar decisiones relativas a ajustes, reformulación o cambios. Igualmente permite verificar la productividad, la eficacia y la pertinencia del currículo.
La evaluación es un método de la búsqueda a la solución de problemas, pues es fundamental para el proceso de mejoramiento de la calidad de la educación; y para dicho mejoramiento es necesario crear un clima organizacional donde se facilite y propicie la práctica evaluativa de manera positiva, siempre propendiendo por el mejoramiento de los estudiantes, docentes y de la misma institución.