La glucosa, también conocida como "azúcar en sangre", es fundamental para mantener los mecanismos del cuerpo en perfecto funcionamiento. Cuando la glucosa está en niveles óptimos regularmente no hay ningún síntoma; sin embargo, cuando la glucosa en la sangre empieza a fluctuar fuera de las cantidades regulares, puede presentar síntomas que dan origen a malestares en todo el cuerpo.