La inflación es el aumento generalizado y continuado de los precios de los bienes y servicios durante un periodo de tiempo, normalmente un año. Por lo tanto, implica que con el mismo dinero pueden adquirirse menos productos, lo que devalúa la moneda de un país. Este encarecimiento puede derivar en crisis que comprometen el acceso a bienes y servicios básicos y amenazan la supervivencia de la población.
Pero la inflación no siempre es perjudicial. Controlada, fomenta el crecimiento económico, ya que hace que los consumidores tiendan a gastar en vez de ahorrar. En ese sentido, el fenómeno contrario, la deflación, puede ser más peligrosa para la economía, ya que frena el consumo. Con todo, lo ideal para muchos Estados es una estabilidad en la que precios y salarios crezcan al mismo ritmo.
Este crecimiento se mide con el índice de precios al consumo (IPC), que valora los precios ponderados de un conjunto de bienes y servicios representativos de la cesta de la compra de la población de un país. Como asunto clave en política monetaria, el manejo de la inflación está a cargo de los bancos centrales de cada país. Por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE) fija el máximo en 2%, mientras que el objetivo de la Reserva Federal estadounidense varía, ya que se centra en la estabilización de la economía y el empleo.
Cómo se controla la inflación
La inflación tiene varias causas, todas por desajustes de oferta y demanda. Si hay una demanda excesiva de bienes y servicios y una oferta limitada, los precios suben. La segunda, más concreta, es cuando se encarecen las materias primas o la energía, y por lo tanto también el resto de bienes y servicios, ya que los productores buscan mantener sus beneficios. Ambas suelen darse en contextos de escasez o conflictos. En un mundo globalizado, las crisis de un país pueden repercutir en un aumento de precios en otro, por lo que asegurar el flujo de materias primas es un objetivo primordial.
https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/inflacion-ocde/Por otro lado, la inflación también puede deberse al aumento de la cantidad de dinero en una economía. Cuanto más haya en circulación, más puede consumir la gente, pero si la oferta no está preparada para asumir ese aumento de la demanda se produce un desajuste y aumentan los precios. También está la inflación autoconstruida, en la que los productores se anticipan a una posible subida de precios, o por el aumento de salarios, ante lo que los empresarios incrementan sus precios para ajustar sus márgenes de beneficio. Esta última es típica de países con inflación alta y lleva a hacerla crónica.
La mayoría de fórmulas para combatir la inflación buscan desincentivar el consumo. Una de ellas es que los bancos centrales incrementen las tasas de interés de referencia para que aumenten las tasas de interés de las tarjetas de crédito o de las hipotecas. Otras son el control de precios y la reducción del dinero que se inyecta en la economía, ya sea mediante recortes de presupuesto, incentivando las importaciones u obligando a los bancos a tener unas reservas mínimas. También se pueden aumentar los impuestos y controlar el crecimiento salarial. Aunque efectivas, todas estas medidas pueden llegar a frenar el crecimiento económico y generar pobreza.
De la posguerra a la crisis venezolana
La inflación es más problemática a medida que sea más alta. Se puede clasificar de distintas maneras, pero se distinguen tres tramos principales: cuando supera por poco el 2% es “moderada”, hasta el 10% puede clasificarse como “reptante” y una vez supera los dos o tres dígitos se habla de “galopante”. En ese punto, si no se toman medidas a tiempo puede convertirse en hiperinflación, que es cuando los precios se disparan incluso con incrementos por hora.
Cómo la Reserva Federal y el dólar han reforzado su liderazgo en plena pandemia
La hiperinflación más grave fue la de Hungría entre 1945 y 1946. Los costes de la Segunda Guerra Mundial le provocaron una inflación que alcanzó el 41.900.000.000.000.000% y los precios llegaron a duplicarse cada quince horas. Otro caso de posguerra fue el de Alemania en 1923, con un 29.500% de inflación que aumentaba cada día. El marco se depreció tanto que la gente lo utilizaba como papel y lo transportaba en carretas al ir a comprar. El gran caso reciente ha sido Venezuela, cuya inflación desde 2017 hasta 2022 alcanzó un 7.300% anual en 2019 y es una de las más prolongadas de la historia.
¿Qué es la inflación y cómo puede controlarse o provocar crisis? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.