¿Qué es la justicia climática?

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

Una de las muchas consecuencias que trae la crisis climática que estamos padeciendo es el aumento de desigualdad, dando lugar a una brecha que se está acrecentando de forma acusada.

La reducción de esta desigualdad es un reto tremendo, contemplado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y no afecta a todas las personas por igual.

Tampoco todas las personas son responsables en la misma medida, porque viven en países que no contribuyen a la desigualdad con la misma intensidad.

Para tratar de paliar esta situación surge lo que se conoce como justicia climática, observando que el cambio climático incide en la sostenibilidad de distinta manera a lo largo del mundo.

Los países más afectados por el cambio climático, y en los que sus consecuencias se dejaran notar con mayor intensidad, son gran parte de los países en desarrollo, que disponen de peores condiciones de partida y menos recursos para abordar eventos climatológicos extremos cada vez frecuentes como puede ser las sequías, la desertización o las inundaciones.

Por otro lado, existen unos efectos sociales debidos a la crisis climática, como son los problemas de salud o los incrementos de costes, por ejemplo, los asociados a un mayor precio de la energía, y otros cambios culturales y sociales.

Se ha constatado que estas consecuencias afectan de manera importante a determinadas comunidades como pueden ser poblaciones minoritarias o indígenas o, en general, a las personas con menos recursos a su disposición.

Así, la justicia climática persigue un trato justo para todas las personas, independientemente de donde vivan, evitando las discriminaciones derivadas de iniciativas y decisiones que se realicen para atacar el problema del cambio climático.

Esto es especialmente importante ya que se da el caso de que, en términos generales, los más afectados por el cambio climático son los menos responsables de las emisiones de efecto invernadero (GEI) que han causado el problema.

En otro extremo, las personas que vivimos en los países desarrollados y que en buena medida somos los causantes del calentamiento global, somos los que vamos a sufrir sus consecuencias en menor medida, al menos inicialmente.

Por tanto, la justicia climática y su transición hacia un futuro sostenible lleva aparejadas el desarrollo de conceptos conocidos por todos nosotros, como es el caso del fomento de las energías renovables (en detrimento del uso de combustibles fósiles), de la eficiencia energética, del consumo responsable, el cuidado de la biodiversidad y el cambio a un modelo económico circular.

Entre las prioridades de la justicia climática encontramos cuestiones como la defensa de los derechos de las comunidades locales, los pueblos indígenas y las personas migrantes y refugiadas, la igualdad de género, el fomento de la participación ciudadana, la seguridad alimentaria y el fin del hambre, y el asegurar una transición energética para todos y la integridad de los ecosistemas.

Aunque algunas personas pueden pensar que el problema climático es muy grande para que ellos puedan hacer algo, la justicia climática considera que el cambio climático no es únicamente una cuestión medioambiental o económica, sino que también es un tema político y ético, y por lo tanto nuestros dirigentes deben tomar cartas en el asunto, y nosotros, exigírselo.

La justicia climática defiende un desarrollo que respete siempre los derechos humanos. Propone un enfoque que sitúe a las personas en el centro, protegiendo sobre todo a quienes son más vulnerables a los efectos del cambio climático.

Además, propone que las cargas, los impactos y los beneficios del cambio climático se compartan de manera equitativa y justa, señalando la necesidad de una distribución adecuada de todos los recursos, tratándose de garantizar que las personas y el Planeta reciban un trato justo en cuestiones como la mitigación y adaptación a los impactos climáticos.

Y, en la medida de nuestras posibilidades, ¿qué podemos hacer nosotros por esta justicia climática? Aquí tienes algunas ideas:

  • Dejar de utilizar combustibles fósiles e invertir en la eficiencia energética y en energías renovable.
  • Reducir de forma significativa el consumo de energía.
  • Cuidar fauna, bosques, tierras y aguas.
  • Exigir cambios en la legislación que contemplen objetivos ambiciosos en materia de sostenibilidad.
  • Luchar contra la desigualdad social y económica.

Esperemos que el concepto de justicia climática cale en la conciencia de los ciudadanos, especialmente de los que más tienen, para que la brecha creciente motivada por cuestiones climáticas se reduzca hasta desaparecer.

El artículo ¿Qué es la justicia climática? se publicó primero en ecointeligencia.