La lluvia es una precipitación de agua en forma de gotas cuando estas alcanzan un diámetro superior a los 0.5 mm. caen a la tierra por la gravedad a una velocidad superior a los 3 m/seg. Si no alcanza la superficie terrestre, no sería lluvia sino virga y si el diámetro es menor sería llovizna.
La lluvia depende de tres factores: la presión atmosférica, la temperatura y, especialmente, la humedad atmosférica.
El agua puede volver a la tierra, además, en forma de nieve o granizo. La cantidad de lluvia que cae en un lugar se mide con los “PLUVIOMETROS”. La medición se expresa en milímetros de agua y equivale al agua que se acumularía en una superficie horizontal e impermeable de 1 metro cuadrado durante el tiempo que dure la precipitación.
La lluvia, en su caída, se distribuye de forma irregular: parte aprovechará para las plantas, parte aumentará los caudales de los ríos por medio de los barrancos y escorrentías que a su vez aumentaran las reservas de pantanos y embalses y la mayor parte se infiltrará a través del suelo, y discurriendo por zonas de texturas más o menos porosas formará corrientes subterráneas que irán a parar o bien a depósitos naturales con paredes y fondos arcillosos y que constituirán los llamados yacimientos o pozos naturales, o acabarán desembocando en el mar.