Mistura se ha consolidado en pocos años como la feria gastronómica más importante de América Latina y adquiere creciente notoriedad internacional. Y es que no es solo un festival de comidas, sino mucho más. Es una fiesta donde los peruanos de los diversos sectores sociales, edades, género nos reunimos sin distingos sociales alrededor de nuestras ollas y fogones para celebrar nuestra tradición culinaria, sorprendernos ante nuestra creatividad, reafirmar nuestra identidad y celebrar nuestra diversidad cultural. En el Perú a lo largo de los siglos la comida ha estado asociada a las Fiesta. Es en ocasión de las fiestas patronales, Inti Raymi, San Juan, Cruz de Motupe, Señor Cautivo, navidad, semana santa y festejos familiares (matrimonios, cumpleaños, bautizos) que se han preparado los mejores potajes utilizando técnicas y recetas que nuestras guisanderas y cocineros han transmitido de generación en generación. En las fiestas y en las tradicionales picanterías la comida ha ido de la mano de la música y de la confraternización social entre los peruanos de los diversos estratos. Este es espíritu que predomina en Mistura.
La feria reúne a los diversos actores de la cadena gastronómica del Perú: pequeños agricultores, productores de pisco, cocineros, panaderos, vivanderas, dulceras, huariques, restaurantes, institutos de cocina, empresas procesadoras de alimentos.
En Mistura rendimos un homenaje especial a nuestra madre tierra. La naturaleza ha sido pródiga con el Perú. A lo largo de sus 7 mil años de historia, nuestra patria sigue ofreciendo una de las despensas más fascinantes del planeta. Y parte de esa riqueza se debe al hombre peruano. Al diálogo respetuoso que entabló con la pacha mama, con sus 85 entornos geográficos y climáticos. Esa ha sido la fórmula mágica para tener esa variedad de productos que hoy Mistura congrega en el Gran Mercado y son parte fundamental de la gastronomía peruana y la alimentación mundial.
La riqueza de nuestra gastronomía se sustenta en la historia y en la confluencia de particulares estilos culinarios e insumos de las diferentes regiones del Perú. A esto se suma en los últimos 5 siglos el aporte de los sabores europeos, árabes, africanos, chinos, y japoneses. Los peruanos hemos decidido contarle al mundo lo orgullosos que nos sentimos de nuestra cocina. Pero, sobre todo, queremos compartir los valores que marcan nuestro camino: tolerancia, respeto, compromiso con el medio ambiente y responsabilidad social. Buscamos que la cocina no sea un fin, sino un medio y se convierta en un instrumento de desarrollo inclusivo, identidad cultural, desarrollo e integración social.