¿Que es peor un falso socialista incompetente o uno listo?

Publicado el 31 mayo 2011 por Franky
Con Rubalcaba como líder, el PSOE pretende salir del foso en el que le ha precipitado Zapatero, sustituyendo a un político incompetente por otro más listo. Pero el intento fracasará porque no afronta el verdadero problema, que es elegir a un verdadero socialista, a una persona con valores y principios humanistas y sólidos, algo de lo que los dos carecen.

El camino elegido por el PSOE de sustituir a un inepto (Zapatero) por un listo (Rubalcaba) fracasará porque la única salida era elegir a un auténtico socialista para que reconduzca al partido desde la enorme charcutería que han creado hasta el verdadero progreso y la defensa de la decencia, las libertades y los derechos humanos.

El socialismo moderno se ha debatido siempre en un dilema: por una parte el estalinismo, que se siente poseedor exclusivo de la verdad histórica y que conduce al partido único y a la dictadura de economía nacionalizada, y por otra parte un complejo sistema de generosidad que se impregna de democracia y humanismo y que busca un mundo mejor a través de la justicia y la equidad.

El socialismo democrático podría definirse como la búsqueda constante de lo que menos dañe y mutile al ser humano. Es como un impulso permanente y reformista que busca siempre mejorar el mundo. Para que sea democrático, ese impulso debe surgir no de la élite dirigente, sino de la misma sociedad.

El PSOE, bajo Zapatero, ha propagado que elegía la vía democrática y la mejora del mundo, pero en realidad ha huido de la democracia y ha causado daños no sólo a los ciudadanos, sino al país (España) que ha tenido la desgracia de ser gobernado por ellos.

Pero el pueblo español, aunque difícilmente se cansa de sus sátrapas y raramente se rebela contra la ignominia, lo ha hecho contra Zapatero y su política, obligando a su partido a retirarlo de la circulación. Lo del 22 M no fue una derrota electoral, sino un alzamiento contra el abuso y la indecencia política.

El problema es que el PSOE no ha entendido nada y, en lugar de elegir como líder a un socialista demócrata que encarne el impulso generoso hacia un mundo mejor, ha optado por un listillo, que ha sido el principal cómplice del desahuciado Zapatero y al que su ideología llevará a seguir causando daño, aunque lo haga con más inteligencia que el torpe e inepto actual inquilino de la Moncloa.

A ambos les falta esa dimensión del socialismo, cada vez más extraña en el mundo presente, que entiende la política como ese impulso generoso que busca siempre lo que menos dañe y mutile al ser humano.

Rubalcaba es un político marcado por la historia como miembro del socialismo estalinista. Lo demostró con Felipe González, donde ejerció como mentiroso profesional capaz de justificar la corrupción extrema y el crimen de Estado, y lo ha demostrado más recientemente con Zapatero, con el que es responsable de los inmensos daños causados a España y a sus ciudadanos, a través de la mentira, la arrogancia, la corrupción y abuso, la arbitrariedad y otras vías que nada tienen que ver con la dimensión positiva del socialismo y sí con la más negativa y sucia.

El PSOE está tan deteriorado como conjunto de seres humanos que no ha sido capaz de percibir el mensaje lanzado por las urnas ni de ver que lo que España necesita no es un político más listo, sino un político qwue sea mejor persona. El cambio que se requiere es, sobre todo, ético. La fórmula correcta era sustituir a un mal socialista por un buen socialista que, además, sea demócrata. Practicar la misma política que Zapatero con más inteligencia sólo conseguirá que los daños a España sean más intensos y que el sufrimiento de los españoles sea mayor. El rechazo y hasta el odio de los ciudadanos lo tienen garantizado.

El socialismo "made in Zapatero" ha sido una auténtica aberración perversa, pues ha violado todos los principios básicos del socialismo democrático auténtico: ha causado mucho daño a sus administrados, a los que ha precipitado en la desconfianza, la desesperación, la pobreza y el desempleo; ha legislado y gobernado en contra de los deseos y anhelos de la sociedad, con rasgos auténticamente estalinistas y dictatoriales, sin respetar el principio democrático de la soberanía del pueblo; ha carecido de generosidad y ha convivido con vicios y lacras que son incompatibles con el verdadero socialismo democrático, tales como la corrupción, la mentira, el engaño, la opacidad, la utilización del dinero público para permanecer en el poder, la compra de votos y de voluntades con el erario público, que debe ser sagrado en democracia, el desprecio a la voluntad popular mayoritaria y otros muchos, todos ellos causantes de inmenso sufrimiento y daño a España y a sus ciudadanos.

Sustituir a ese inepto peligroso y sin la suficiente solvencia ética por un dirigente más limpio, humanista, generoso y auténticamente socialista no es una opción para el socialismo español, sino una imperiosa necesidad. Haberlo sustituido por un hombre de las cloacas, experto en mentiras, aunque más listo, es una error que pagarán caro no sólo los socialistas españoles, sino todos los ciudadanos de esta desgraciada España.