Es todo tan relativo ¿qué es que algo termine bien? porque todo tiene un final. A veces el final es el de una etapa de tu vida, otras es tu propio final. Si pudiésemos ver el futuro probablemente tomaríamos decisiones diferentes o tal vez las mismas, pero la realidad es que no podemos ver el futuro y por tanto no podemos decidir con todas las cartas sobre la mesa. Es muy fácil juzgar las cosas cuando ya han sucedido y no se puede volver atrás. Además siempre hay agujeros negros que no podremos explicar, pero entonces ¿cuál es la solución?
Opción A: volverse ermitaño
Opción B: arriesgarse y sufrir si llega el momento de hacerlo.
Puedes elegir la opción que quieras yo elijo la B. La verdad es que no sé porqué nos preocupamos tanto por el futuro y por lo que se supone que debemos o no debemos hacer si el presente ya trae sus propias preocupaciones y muchas ni siquiera dependen de nosotros.