“… un tipo de música que mediante la improvisación o la composición escrita o ambas, sintetiza lo más esencial de las claves y técnicas de la música contemporánea con las músicas de las diversas etnias …”. [ Schüller Gunter, Saturday Review of Literature (Mayo 13, 1961) ] .
Como teórico y alma mater de la idea, Schüller creó en el New England Conservatory de Boston un departamento con el nombre de la nueva corriente estilística al frente del cual estaba el compositor Ran Blake. En este marco comenzaron a elaborarse una recopilación de nociones teóricas y encuentros mezclando Jazz con otros estilos particularmente clásicos y étnicos, y donde además participaban representantes de otras tradiciones musicales populares.
The New England Conservatory.
En un artículo titulado: “Third Stream, la utopía de la música sin fronteras” publicado por Rafael Fernández de Larrinoa en el número 144 de la revista Audio Clásica en Marzo del 2009 se nos crea un marco incomparable sobre las condiciones existentes en torno a la aparición de este movimiento:
- … Cuando Schüller, trompista del Metropolitan Opera de New York y asiduo de las jams, propuso en 1957 la hibridación entre el jazz y la música europea de concierto, no formulaba una idea verdaderamente novedosa pues, como es sabido, el estreno en 1924 de la Rhapsody in Blue para piano y banda de jazz de George Gershwin, bajo el auspicio y la batuta del popular director de orquesta Paul Whiteman, había servido como punto de partida de la exitosa corriente musical que se denominaría Symphonic jazz (jazz sinfónico), cultivada durante algo más de una década por compositores como George Antheil (Jazz Symphony, 1925), Aaron Copland (Concierto para piano, 1926) o Ferde Grofé (Metropolis: a Fantasy in Blue, 1928), y practicada eventualmente por músicos procedentes del jazz como Duke Ellington (Creole Rhapsody, 1931) (…)
(…) Sin embargo, la tercera corriente nació en un escenario muy distinto: la universalización, gracias al perfeccionamiento y abaratamiento de los medios fonográficos (nacimiento del LP en 1948, comercialización de registros estereofónicos en 1958) y radiofónicos (invención del transistor en 1947) hizo posible tras la II Guerra Mundial el conocimiento pormenorizado y actualizado del jazz y otras tradiciones no basadas en la notación musical en todas partes del planeta: no era ya necesario que la orquesta sinfónica “apadrinase” el jazz para difundirlo, puesto que éste podía ser escuchado en su estado original en cualquier lugar del mundo. Por otro lado, tanto el jazz como la música europea de concierto, habían iniciado un repliegue hacia los cenáculos especializados, apartándose del público y cediendo de modo lento pero inexorable ante el variopinto conglomerado de músicas más comerciales que se venía encima; el primero, en paralelo con las sucesivas oleadas bop; la segunda, con el auge totalitario del serialismo (…) .
Pese a lo dicho, el espíritu que animó a los pioneros de la tercera corriente no debió ser radicalmente distinto al de los promotores del jazz sinfónico un cuarto de siglo antes.
En todos ellos es rastreable una utópica fe en la capacidad de la música para resolver de forma pacífica las soterradas tensiones raciales que vivieron durante los años cincuenta los Estados Unidos, ocultas tras la apariencia de paz y bienestar de la era Eisenhower. Sin embargo, y dado que los boppers habían elevado durante los años cuarenta el jazz a la categoría de arte, señalando la improvisación y la negritud como elementos distintivos del jazz, la tercera corriente debió fundarse sobre nuevos presupuestos. Por un lado, debía concretarse en la síntesis de elementos notacionales e improvisatorios. Por otro, debía ser lo suficientemente cauta como para no sugerir la apropiación de la cultura afroamericana por parte de una élite blanca, hecho éste que explica su denominación, pues como aclararía Schüller:
“Era plenamente consciente de que tanto el jazz como la música clásica eran el resultado de tradiciones largas y perfectamente separadas que para muchos deben seguir separadas, manteniendo su idiomática pureza”.
Debido a ello, la tercera corriente debía entenderse no como una rama del jazz, sino como:
“Una tercera corriente separada de las otras dos (jazz y música clásica), de modo que ambas pudieran evolucionar sin verse afectadas por ningún intento de fusión” … [Schüller Gunter, Third Stream Redefined. Saturday Review of Literature (13 Mayo , 1961)] .
Gunther Schuller’s Transformation for Third Stream ensemble directed by Ken Schaphorst:
Ran Blake lleva a cabo improvisaciones sobre el tema “La muerte de Billie Holiday”. Blake utilizó como material de origen dos canciones totalmente diferentes con el mismo título “Lady Sings the Blues” ,escrito por Herbie Nichols y Alec Wilder, junto con el clásico de Billie Holiday “Good Morning Heartache”, escrito por Irene Higginbotham.
Nota:
Los textos adaptados de José Pruñonosa para Zona de Jazz forman parte de su tesis doctoral ‘Influencia de la Tercera Corriente Jazzística (Third Stream) en Valencia’ .
Libro ‘Tercera Corriente Jazzística en Valencia’ (José Pruñonosa) :
<div style="width:163px;padding:0px;"><a style="text-decoration: none; color: #000000;font-size: 8px;" href="https://www.tradebit.com/filedetail.php/230861650-tercera-corriente-jazzstica-en-valencia" target="_blank">Tercera Corriente Jazzística en Valencia</a><br /><a href="https://www.tradebit.com/B/add/230861650"><img src="https://www.tradebit.com/images/widgets/5/en.gif" /></a></div>
Enlaces de Interés :
Zonadejazz en las Redes Sociales :
Facebook : Página Oficial Zona De Jazz en Facebook
Twitter : Perfil de Zona De Jazz en Twitter
Google+ : Perfil de Zona De Jazz en Google+
José Pruñonosa para ZDJ , 2014.