Una intolerancia y una alergia alimentaria son dos cosas diferentes. La intolerancia es una sensibilidad frente a un alimento pero que no tiene una causa inmunológica. Puedes leer aquí las características de una alergia alimentaria.
Se relaciona con la incapacidad del cuerpo por sintetizar, digerir o asimilar un nutriente, normalmente a causa de la ausencia o poca producción de las enzimas necesarias para ello.
¿Qué síntomas produce?
Los síntomas pueden ser similares a los de una alergia (vómitos, diarrea,…) pero la mayoría de los casos causan manifestaciones menos graves. En el caso de la intolerancia alimentaria, es posible tolerar una pequeña cantidad del alimento.
¿Qué alimentos producen intolerancias?
Los nutrientes más comunes que pueden producir una intolerancia son la lactosa, el gluten, la fructosa y el sorbitol.
La intolerancia a la lactosa
La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche de mamífero y su intolerancia se produce por la falta en el intestino delgado de lactasa (encima necesaria para descomponer glucosa y galactosa para que pueda absorberse). Entonces, la lactosa pasa al intestino grueso, fermenta y provoca síntomas como gases, dolor abdominal o diarrea.
La intolerancia a la lactosa puede ser total o parcial, es decir, que es posible tolerar pequeñas cantidades de leche. Y también puede ser temporal (por ejemplo a causa de una gastroenteritis) o permanente.
El tratamiento es la restricción de lactosa de la dieta. La leche es la fuente principal pero también está presente en derivados lácteos, otros productos alimentarios y procesados y en medicamentos.
La enfermedad celíaca o intolerancia permanente al gluten
En este caso, el cuerpo no tolera la presencia del gluten. El gluten es una proteína de origen vegetal que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno.
También en la espelta (variedad del trigo), el kamut, el triticale, el cuscus, el seitan, etc. Al consumir gluten se irrita la mucosa intestinal y puede llegar a dañarse, lo que también provocará una mala absorción de otros nutrientes.
Los cereales libres de gluten son el arroz, el maíz, el mijo y la quinoa. El único tratamiento es eliminar el gluten de la dieta.
La intolerancia a la fructosa
Aquí encontramos la incapacidad de absorber fructosa y/o sorbitol. Són dos azúcares que se encuentran el el azúcar de mesa, las frutas, como edulcorante en muchos productos para diabéticos…
Otra vez más, el único tratamiento posible consiste en restringirlos de la dieta.