La píldora del día después es una opción para las personas que han tenido relaciones sexuales sin riesgo y no quieren tener un hijo, aunque debe ser una medida a tener en cuenta como última opción y no como una alternativa después de un día en que “te has dejado llevar”, sobre todo teniendo en cuenta que el único riesgo en las relaciones sexuales sin protección no es sólo el embarazo.
Lo más importante que hay que tener en cuenta es que se debe tomar dentro de las 72 horas siguientes a haber tenido relaciones sexuales, preferiblemente dentro del primer día después a haberlas tenido. Lo más importante es el tiempo, así que no lo dejes pasar, ya que además pasadas las 72 horas pierde eficacia ya que la fertilización del óvulo se produce tras 72 horas de haber tenido relaciones sexuales.
Hay que tener otra cosa en cuenta, y es que la píldora del día después puede tener riesgos secundarios. No basta con tomar una pastilla y ya está, un problema menos, esto no es así. Se pueden producir vómitos, diarrea, ansiedad, insomnio, mareo, cefalea, disminución de la líbido, hipertensión arterial, aumento de peso, aumento de vello corporal y más.
La principal ventaja que supone la píldora del día después es que se puede utilizar aunque se utilicen las pastillas anticonceptivas habituales y que se puede realizar tras el coito, siendo una medida de emergencia ante una imprudencia que puede acabar en embarazo.
No protege ante infecciones de transmisión sexual, tiene posibles efectos secundarios y deja de tener efecto si se suministra pasadas 72 horas de las relaciones sexuales, y estas son sus principales pegas. No se deben tomar con frecuencia, es decir, no se debe tener relaciones sexuales sin protección frecuentemente y pensar que siempre la solución es la píldora del día después.
La eficacia de la píldora del día después para evitar embarazos no deseados puede ir desde el 75% al 95%, cuanto antes se tome mejor.