Revista Opinión

¿Qué es y cómo se ha incumplido el principio de no intervención?

Publicado el 29 abril 2022 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

El principio de no intervención es una doctrina que prohíbe la injerencia de un Estado en el territorio o los asuntos de otro. Hace referencia a intervenciones armadas, como ataques, invasiones u ocupaciones militares, pero también puede incluir otras acciones. Por ejemplo, promover un fenómeno que pueda romper el orden político de un Estado, como la financiación o el apoyo militar a grupos terroristas o revolucionarios, o incluso el envío de ayuda humanitaria sin el beneplácito del Estado receptor.

Este principio está recogido en el artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe a los países miembros usar la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de otro Estado. Además, la Asamblea General lo desarrolla en sus resoluciones 2131 (XX) y 2625 (XXV). La primera establece que ningún Estado tiene derecho a intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos o externos de otro, ya sea mediante medidas económicas, políticas o de cualquier otro tipo, y la segunda amplía la prohibición del uso de la fuerza recogida en la Carta. También lo contemplan acuerdos regionales, como la Carta de la Organización de Estados Americanos.

Una doctrina de respeto

El principio de no intervención nació de la mano con el sistema internacional de Estados soberanos, que se sitúa en la Paz de Westfalia de 1648. Aquellos tratados, que pusieron fin a la guerra de los Treinta Años, establecieron que Europa estaba formada por Estados iguales entre sí. La prohibición de intervenir quedaba implícita, porque suponía una violación a esa igualdad soberana. Otro precedente es la doctrina Monroe de 1823, por la que Estados Unidos prohibía a los países europeos intervenir en los americanos. 

Con la consolidación del sistema de Estados-nación a principios del siglo XX, el principio de no intervención se asentó como garantía de paz, una idea que culminó en el diseño de Naciones Unidas en 1945. Sin embargo, aunque las guerras y su letalidad han disminuido desde entonces, este principio siguió sin respetarse del todo. En la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética dividieron el mundo en zonas de influencia donde cada uno buscaba contener la expansión del otro. Ejemplos de intervenciones fueron la guerra de Vietnam, la ocupación soviética de Afganistán o las intervenciones estadounidenses en América Latina para asegurarse Gobiernos favorables.

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En la actualidad nuevos tipos de conflicto como las guerras híbridas, que combinan métodos convencionales y no convencionales, dificultan identificar a un Estado agresor y ponen en riesgo la seguridad internacional. Con todo, la existencia de Estados más poderosos siempre ha cuestionado la validez de esta doctrina, que también se sigue violando mediante el uso de la fuerza clásico, como Rusia en Ucrania desde la anexión de Crimea en 2014 hasta la invasión en 2022.

Legítima defensa y R2P: excepciones al principio de no intervención

No obstante, respetar la independencia y soberanía de los Estados a veces entra en contradicción con la seguridad internacional y el respeto a los derechos humanos. Por ello, Naciones Unidas contempla excepciones a la prohibición del uso de la fuerza. La primera es el derecho a la legítima defensa, recogido en el artículo 51 de la Carta de la ONU, que permite a un Estado defenderse ante los ataques de otro. Además, el Consejo de Seguridad de la ONU puede autorizar el uso de la fuerza contra uno o varios países para restablecer la paz internacional, como ocurrió tras la invasión iraquí a Kuwait.

La segunda excepción es la responsabilidad de proteger (R2P). Cuando un Gobierno no puede o no quiere proteger a su población de crímenes de guerra o lesa humanidad, agresión o genocidio, el Consejo de Seguridad puede autorizar la intervención internacional para protegerla. La R2P nació en la Cumbre Mundial de 2005, como respuesta al genocidio de Ruanda de 1994 o las guerras de Yugoslavia que se habían saldado con limpiezas étnicas. Aun así, la composición del Consejo, en el que Estados Unidos, China, Rusia, el Reino Unido y Francia tienen derecho de veto, dificulta que las intervenciones por excepciones salgan adelante, y no protege de que estas dos razones se utilicen como excusa. Un ejemplo fue en Libia, donde la R2P terminó aprovechándose para otros propósitos, como asesinar al dictador Muamar el Gadafi.

¿Qué es la responsabilidad de proteger (R2P)?

¿Qué es y cómo se ha incumplido el principio de no intervención? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.


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