Esta palabra seguro que lo habéis escuchado alguna vez que otra y de seguro que la relacionáis con residuos. El compost es clave para la gestión de la fracción orgánica de los residuos, es decir, de aquellos residuos que se puede degradar por sí solos. ¿Cómo puede convertirse la basura orgánica que generamos en casa en productos que tengan utilidad de cara al mercado y al desarrollo sostenible?
Para poder explicar lo que es el compost debo recordaros lo que son los residuos orgánicos. Éstos son residuos de origen animal o vegetal que se generan en los hogares y en el ámbito comercial y que son susceptibles de degradarse por sí solos a partir de la acción de ciertos microorganismos. En otras palabras, los restos de comida y de poda del campo son buenos ejemplos de residuos orgánicos.
Después de esto diréis, ¿menudo chollo, no? ¿A partir de basura podemos hacer abono, con solo voltearlo y dejar que él solito se degrade? Sí, sería así de estupendo si a la hora de tirar la basura, lo hiciéramos correctamente. El primer y gran problema del proceso de compostaje es la existencia de impropios. Los impropios son aquellos materiales no degradables que se encuentran entre la basura orgánica. Restos de plásticos, envases, pilas, etc. Estos impropios interrumpen el proceso de compostaje y hacen que su eficiencia sea menor. El compost producido con impropios es menos eficaz y puede tener concentraciones altas de metales pesados que dañen el suelo que vayamos a trabajar. Para los agricultores que utilicen compost para abonar sus cultivos, es un problema grave que el composta tenga poca calidad. Con este composta también se negocia y existen distintas categorías de calidad de compost dependiendo de su tratamiento y su composición. Hay otros tipos de tratamientos para generar compost que requieren infraestructura, motores y sus costos son mayores. Aunque si hay que añadir que el primer inconveniente que genera el tratamiento de la explanada es que se requieren grandes superficies para producir el composta debido a las grandes cantidades de residuos que generamos, además de que la localización de este tipo de plantas no puede ser muy lejana a los núcleos urbanos, pues el gasto en transporte y emisiones de gases de efecto invernadero aumentarían.
Poco a poco vais viendo que los residuos sí tienen utilidad para casi todo y que la idea es que un residuo sea integrado de nuevo en el ciclo de un producto. También podéis hacer autocompostaje en casa y generar abono con vuestros propios residuos. Antiguamente se hacían en los campos enterrando la comida en un hoyo y dejándola degradarse durante un buen tiempo.
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