¿Qué es y que significa la procrastinación?

Debido a un gran numero de razones -que a veces no me gusta siquiera mencionar por lo ridículas que parecen- acostumbramos retrasar un poco nuestras actividades cuando estamos a la mitad de éstas, o apenas al inicio de las mismas, es decir, las postergamos considerando que existen otras actividades mucho más importantes al momento y que de momento capturan toda nuestra atención. A esta actividad se le llama " procrastinar".
Según algunos estudiosos, la procrastinación es un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad. Éste puede ser físico (como el sentido durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso), psicológico o intelectual.
La palabra procrastinar se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se procrastinar puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante.
Últimamente la palabra se ha puesto muy de moda en esto de Internet por muchísimas razones ligadas a la improductividad laboral y al ocio que desarrollan los estudiantes jóvenes al estar frente a la pantalla.
No podemos negar que por lo menos alguna vez no hemos dejado de hacer por un momento la tarea más importante del mes por ver un video gracioso que nos comentaron estaba en Youtube.
Tampoco podemos negar el hecho de que en ocasiones solemos entrar a nuestra cuenta en Myspace con la firme intención de sólo revisar los mensajes que me han dejado en el día o la semana y se termina revisando perfiles y contestando dichos mensajes por lapsos extendidos a varias horas.
Conozco a personas que incluso la procrastinación se difumina entre los deberes diarios y el ocio como tal. Personas que llegan a su trabajo abriendo su cuenta de Myspace, el MSN Messenger y demás... se vuelve ya una constante bastante extraña.
La procrastinación es entonces, en pocas palabras, una práctica cómoda de hacer lo que se nos antoja, en el momento que se nos antoja, pasándonos por el arco del triunfo -a veces de forma inconsciente- nuestras responsabilidades a cambio del placer efímero de sentirnos un tanto liberados.
Muchos dicen que este es el mal del siglo XXI. Quizás esté un tanto de acuerdo.
Si ponemos o contamos todas las horas que solemos procrastinar seguro nos llevamos la sorpresa de que son tantas horas que pudimos haber estudiado una nueva carrera o solicitado otro trabajo. Quizás estudiar un idioma extra.
Pero quien sabe, con eso de que en todo momento se aprende. Tal vez estemos en otro nivel de aprendizaje inconsciente.