Esta es la segunda vez que viajo a Asia. La primera fue hace 17 años en 1997. Tres meses viajando sola recorriendo la India. Mi presupuesto era escasísimo, viajé siempre en trenes de tercera, hostales de mochileros y no llevaba ninguna ruta trazada. No tuve una ducha real en todo ese tiempo, ya que lo hacía con cubos de agua, tuve piojos a destajo, comía con las manos y dormí en antros de todo tipo.
Sin embargo conocí a gente maravillosa, probé todo tipo de deliciosas comidas picantes, no me puse enferma, vivía totalmente el momento y sentí realmente lo que era ser libre y feliz ! La experiencia no pudo ser mejor, engrandeció mi alma y me cambió la vida. Fue uno de los tiempos más felices. Cuando tuve que regresar lloré amargamente, porque sabía que ya no iba ser tan fácil volver y que cuando lo hiciera ya nunca sería igual.
Ahora no creo que pudiera hacerlo o al menos disfrutarlo del mismo modo que antaño: la edad, los prejuicios, el cansancio y los miedos se han incrementado. Ya estoy demasiado sistematizada. Por eso de nuevo 17 años después y después de un año que no ha sido muy fácil para mi, vuelvo a Asia, a un lugar mucho mas desarrollado que la India: Malasia, pero aun así espero encontrar aunque sea solo un poco de ese espíritu que encontré antaño.
Así que una de mis primeras intenciones de este viaje es que de nuevo volver a poner mi vida en perspectiva, desenfocar de los problemas cotidianos y ver la vida bajo otra óptica y evadirme un poco de este tipo de vida occidental tan apegada al trabajo-dinero-trabajo.
Pero también hay otras cosas para lo que creo que servirá mi viaje:
- La primera de ellas es la descubrir un país del que sé muy poco. Conocer nuevos lugares, distintas formas de vida, cultura, religión, comidas, fauna y flora y averiguar por qué Malasia es un país mucho menos turístico que algunos de sus vecinos.
- Para vivir la aventura y el descubrimiento en familia
- Para ponerme en el lugar de los turistas o viajeros que salen a miles de kilómetros de su país: sentir sus mismos miedos y dudas para así poderlos entender mejor cuando vengan en mis viajes.
- Salir de mi casa y mis comodidades donde he pasado los últimos dos meses, para regresar con esas ganas de volver a mi país, a mi tierra a mi cultura. Y es que a veces hace falta viajar muy lejos para apreciar mas tu vida y tus circunstancias. Eso sin duda es una de las mejores cosas de viajar: cuando regresas valoras lo que tienes mucho mas.
- Pasar unas Navidades diferentes en el otro hemisferio. Con calor y playa por primera vez en mi vida.
- Romper con la monotonía y dejarme llevar por los acontecimientos.
- Para encontrarme con almas afines en el otro lado del mundo.
- Para tener material para escribir por aquí.
Esto es lo que espero encontrar, aunque quién sabe como lo viviré.
De todas formas esa incertidumbre también me gusta.!
PD: Justo después de escribir esto encontré por casualidad un magnífico post en que el que se habla de las motivaciones que llevan a alguien a viajar: "Si emociona Pensarlo, Imagina hacerlo". No os lo perdáis!