Entrevista a Fondo a Sonia Fuentes, hermana del “trosko Fuentes”
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Ángela Gallardo Suárez
Periodista, Universidad de Santiago de Chile
Ana Lopez
@analopezd Historiadora
Nicolás Carvajal
Reportero LID Chile
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Hablar con Sonia es hablar con alguien llena de vida, de risas, también de alegría y de tristeza. Nos preguntó varias veces cómo se veía en cámara y nos pidió que esta historia, la historia del trosko Fuentes, no quede en el olvido.
Es la primera vez que Sonia habla de su hermano, la primera vez que comparte los recuerdos sobre su niñez y adolescencia, sobre sus padres y familiares. La historia que nos cuenta Sonia es la que ella vivió junto a Jorge, como se llamaba su hermano, pero a quién todos conocían como el trosko Fuentes. También es la historia de los testigos que lo vieron en diferentes campos de concentración, de quiénes escucharon sus canciones en Villa Grimaldi, también de quiénes distinguieron su cuerpo lastimado y supieron de la tortura y el ensañamiento que los militares tuvieron con él. La historia de Jorge es también la historia de los miles de detenidos desaparecidos que dejó la dictadura de Pinochet y sus colaboradores.
Presentamos en esta primera parte los recuerdos de Sonia sobre los primeros años de la vida de Jorge, quién nació en 1948, de su preocupación por los trabajadores y los pobres; “siempre tuvo la preocupación de porque en este mundo había gente tan pobre y porque los gobiernos… no se ocupaba más de ellos”, de su interés y motivación por luchar por una sociedad distinta.
Jorge militó en las Juventudes Comunistas, según recuerda Sonia y más tarde en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, al que conoció estudiando en la Universidad en Concepción, donde también fue dirigente. A Jorge se lo conoció como el “trosko Fuentes”, por su simpatía con el pensamiento de León Trotsky.
Recordemos que el MIR se fundó a partir de la fusión entre el grupo trotskista que dirigía Luis Vitale y Humberto Valenzuela (Partido Obrero Revolucionario, luego Partido Socialista Popular), con Vanguardia Revolucionaria Marxista, dirigida por Miguel Enríquez y el Movimiento 3 de Noviembre de Clotario Blest. El grupo de Valenzuela y Vitale será posteriormente expulsado del MIR, a medida que la política y la fracción de Miguel Enríquez asumían la hegemonía del MIR, que terminó actuando entre el distanciamiento y el apoyo crítico a la Unidad Popular.
El trosko Fuentes estuvo relacionado con el trabajo sindical y campesino del MIR, Sonia recuerda sus viajes a Lota, para trabajar con los mineros y también su vuelco a los Cordones Industriales, en el norte del país, lugar donde lo encontró el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Los Cordones Industriales fueron organismos que surgieron a mediados de 1972 y se consolidaron producto del paro patronal de octubre de ese año, al que los trabajadores enfrentaron con la coordinación territorial y política entre las fábricas de diferentes sectores, dando origen a los Cordones Cerrillos Maipú, Vicuña Mackena, San Joaquín y otros. El MIR, si bien tuvo un incipiente trabajo en los Cordones Industriales, en realidad impulsaba la formación de Comandos Comunales, a los que los Cordones debían integrarse.
Trosko Fuentes
Trosko Fuentes
- Entrevista a Sonia Fuentes Alarcón, hermana del “Trosko Fuentes” Parte II
Desde LID Chile presentamos la segunda parte de la entrevista en profundidad que le realizamos a Sonia Fuentes Alarcón, hermana de Jorge Fuentes, más conocido como el “Trosko Fuentes”, militante del MIR detenido desaparecido durante la época de la dictadura cívico militar. En esta ocasión queremos profundizar en la vida militante de Jorge y también en la dura represión que sufrieron organizaciones políticas como el MIR, lo que conllevó a miles de casos de asesinatos, torturas, detenciones y desapariciones como fue el caso de Fuentes.
Como mencionamos en la primera parte, Jorge Isaac Fuentes Alarcón nació a finales de la década del 40’, pasó gran parte de su infancia viviendo en La Cisterna, tal como recuerda su hermana Sonia. Una vez terminado su enseñanza secundaria, Jorge comenzó a estudiar Sociología en la Universidad de Concepción, donde llegó a ser Presidente de la Federación de Estudiantes de dicha casa de estudios.
Tal como nos contó Sonia, su hermano estuvo ligado al Partido Comunista, sin embargo, su militancia terminó recayendo durante su vida en el MIR, donde fue parte del Comité Central, convirtiéndose en uno de los dirigentes más importantes de la organización, recordado tanto en el sur como también en el norte del país, donde también fue parte de la dirección militante.
Se le recuerda principalmente por sus fuertes convicciones, por su entrega a la lucha revolucionaria, por su confianza en los trabajadores y por haber buscado mantener firme a su organización en los tiempos más crudos y violentos de la Dictadura. No por nada llegó a ser uno de los militantes de izquierda más buscado por los militares.
Su amigo Patricio Figueroa, en septiembre de 2011, escribió una nota sobre Fuentes, y la lucha que dieron en su juventud por cambiar esta realidad: “Luchábamos entonces, como lo hacen ahora los sectores más claros de nuestra juventud, por un cambio estructural. Un cambio revolucionario que abatiera la explotación e instaurara una real justicia económica y social. Un sistema que asegurara los derechos fundamentales a la salud, la educación, la vivienda, la recreación y el deporte (….) Teníamos una esperanza y nuestras acciones iban consecuentes a la concreción de la misma: peleábamos por el futuro, sin egoísmos, intereses mezquinos y sin miedo, como hoy lo hacen miles y miles de estudiantes”, agregando además la brutal tortura a la que fue sometido Jorge, una vez detenido por los militares, la que incluso no lo hizo flaquear ni delatar jamás a sus compañeros. “Lo torturaron para hacerlo quebrar sus convicciones, delatar a sus pares, fracturarlo. No lo logaron…” (http://elbatalladorincansable.blogspot.com/).
También Jorge participó en los Cordones Industriales en la zona norte, aun cuando el MIR estaba planteando el impulso de los Comandos Comunales y la subordinación de los Cordones a ese organismo.
El golpe de Estado y la historia de Jorge
A partir de los relatos de testigos y lo que ha podido reconstruir Sonia con relatos fragmentados, se sabe que después del golpe Jorge trató de salir del país desde Arica, en octubre de 1973, junto a tres o cuatro jóvenes militantes del MIR en esa ciudad.
Tras un primer intento fallido, finalmente logran ingresar a Perú por Tacna, junto a Mario Espinoza, Jorge Vercelotti (Jorge Machuca), Homero Tobar . Si bien, fueron detenidos en la frontera, lograron llegar a Lima y más tarde contactar al Cónsul de Cuba y partir hacia ese país; todos terminaron –en Chile u otro país- detenidos o desaparecidos. En Cuba, el trosko pasa a tener un cargo de dirección del MIR en el exterior y a organizar la tarea de preparar el retorno para luchar contra la Dictadura.
Es así como llega a Argentina, país que serviría como base de operaciones, en la segunda mitad de 1974, sin embargo, el 17 de mayo de 1975 –según consta en los archivos de la Vicaría de la Solidaridad- fue detenido en Paraguay, junto a Amilcar Santucho, militante y dirigente del Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Guerrillero del Pueblo (PTR-ERP), de Argentina. Estuvo en ese país detenido durante cuatro meses, Sonia nos dice que un amigo le contó que “fueron bestiales con él”, estando en una especie de chiquero para cerdos, donde se contagió sarna y piojos, hasta que en septiembre fue trasladado a Chile, siendo el caso que daría origen a la Operación Cóndor, la “primera pieza” como dice Sonia, la coordinación entre las distintas Dictaduras latinoamericanas para ejercer el terrorismo de Estado.
Según contaría años después Amilcar, fueron torturados por militares paraguayos, uruguayos, argentinos y chilenos. Por lo que conoce de testimonios, lo habría traído la Fuerza Aérea engrillado, como dice en un homenaje Pablo Varas: “Sintió como el avión tocaba el suelo, el tiempo que pasaba, sus pasos apurados, bajadas de escaleras, el sol que estaba presente, quince peldaños, uno tras otro y rápidos, de nuevo subir, la cadena que lo hacía una cosa extraña” .
En los llamados “Archivos del Terror”, donde se reúnen documentos de la represión de Operación Cóndor y otros casos, aparece el documento que envía Manuel Contreras, el 25 de septiembre de 1975 agradeciendo “por la cooperación prestada para facilitar las gestiones relativas a la MISION que debió cumplir mi personal en la hermana República del Uruguay” y señala que esta cooperación seguirá su curso.
En otra carta de octubre del mismo año, Manuel Contreras escribe “al General de División don Francisco Brites, Jefe de la Policía de la República del Paraguay” para invitarlo “a una Reunión de Trabajo de Inteligencia Nacional que se realizará en Santiago de Chile, entre los días 25 de Noviembre y 01 de Diciembre de 1975”, se habla de una reunión secreta y que espera que “pueda ser la base de una excelente coordinación y un mejor accionar en beneficio de la Seguridad Nacional de nuestros respectivos Países” . La Operación Cóndor estaba en marcha.
En el caso de Jorge, el trosko Fuentes, llegó a Chile a manos de la DINA clandestinamente, donde comenzaría su paso por varios campos de detención, entre ellos el de Cuatro Álamos y Villa Grimaldi. Del resto de los militantes que se fueron junto al trosko, todos fueron asesinados. Vercelotti murió el 18 de marzo de 1976 en Ciudadela, Argentina; se cree que en su asesinato participaron agentes de seguridad de Argentina y Chile; Mario Espinoza, desapareció en Buenos Aires en julio o agosto de 1975, cuando tenía 25 años, fue visto en el centro de detención Automotores Orletti, donde estuvieron muchos militantes de distintos países y según consta en distintos testimonios, entre sus interrogadores estuvieron agentes de seguridad chilenos. De Homero Tobar, se sabe que salió de Cuba en febrero de 1976 y que llegó a Buenos Aires poco tiempo después, pero no hay registros de su desaparición.
“Me llamo Jorge Fuentes y soy del Mir”
Son muchos los testimonios que hablan del paso del trosko Fuentes por Cuatro Álamos y Villa Grimaldi, al menos hasta enero de 1976. Al parecer ya estaba con algunos problemas de salud, como sarna y piojos.
En esa misma época, su madre sabía de la detención de Jorge en Chile –aún cuando siempre los militares lo negaron-, por quiénes lo habían visto en ese recinto, entre ellos Georgina Ocaranza Muñoz quién recuerda que en febrero de 1976 escuchó a alguien cantar en una celda cercana a la suya en Cuatro Álamos, que quedaba al interior de Tres Álamos, centro de detención ubicado en la calle Canadá N° 53 (cerca de Vicuña Mackenna al 3000) y estaba en manos de Carabineros, donde había también posibilidad de visitas, distinto a Cuatro Álamos, en manos de la DINA, donde había 12 celdas pequeñas y los detenidos no eran reconocidos como tales. Incluso el 6 de octubre de 1975 se presentó un recurso de amparo en favor de Jorge, también otra por arresto ilegal . También Sonia trató de hacer algo desde Estados Unidos, donde vivía, participando en Amnesty Internacional, enviando cartas a distintos organismos para averiguar algo, ahí comenzó a recibir testimonios de quiénes lo vieron y a pesar de sus muchos reclamos “lo negaban que estaba en Chile”, pero “lo tenían en prisión y lo estaban torturando”.
A partir de conversaciones con esa persona, Georgina se enteró de que era Jorge el trosko Fuentes, una vez pudo verlo en el baño, donde observó que estaba rapado y golpeado, pocos días después fue trasladado a Villa Grimaldi. Más tarde se enteró de que en ese lugar las condiciones de Jorge habían empeorado, estaba con sarna, mientras los militares lo tenían encerrado en una casa de un perro y le decía “pichicho”. Estas eran algunas de las prácticas de los militares, que buscaban con la tortura no sólo la desarticulación de las organizaciones, sino también quebrar a los detenidos, la humillación, su destrucción como personas y también atemorizar a la población en general, en un momento donde reinaba la total impunidad y control policiaco sobre la sociedad.
Otro testimonio sobre Jorge, es el de Lelia Matilde Pérez, también detenida y trasladada a Villa Grimaldi, quien escuchó al trosko Fuentes gritar su nombre y contar su historia, también pedía que les avisaran a sus familiares. Delia Veraguas Segura recuerda que en septiembre de 1975 lo vio en este lugar, como señala su declaración: “El día 29, vio en ese recinto a un prisionero alto, moreno, con la cabeza rasurada y con sarna; gritaba que era Jorge Fuentes Alarcón, alias “El Trosko”, sociólogo de Concepción, miembro del MIR, y que avisaran a sus familiares que estaba vivo, porque temía que lo hicieran desaparecer” . También relata que una vez fue obligada a llevarle almuerzo, el trosko estaba “sentado en una pieza, semejante a un cajón de madera, con las piernas dobladas, vendado y con los pies encadenados, cuya cadena se le enredaba en los tobillos; se encontraba pálido, muy delgado”. Pudo observar también que la sarna estaba avanzada. También Gladys Ledesma lo vio detenido, con los pies engrillados, recuerda que todos los días cantaba “y levantaba el espíritu de sus compañeros”, nos dice Sonia, había aprendido a cantar en la Universidad y le gustaba la música, cantaba canciones de los Charchaleros y otros temas, también le han contado que hacía bromas y reír al resto.
Son muchos otros los testimonios de la brutalidad militar con Jorge y el resto de los detenidos. Pero, también, muchos los testimonios de la solidaridad y humanidad entre los detenidos, como cuenta Oscar Orellana, detenido también a fines de noviembre en Villa Grimaldi: “Era característico de él ayudar a los otros detenidos dando ánimo; tenía una alegría y una moral muy alta. Los agentes lo llamaban ‘el Bicho’” . Renán Castillo Urtubia también señala que “el Trosko se encontraba muy íntegro pese al trato a que era sometido, ya que se encontraba castigado debiendo permanecer en una casucha de perro”.
Sergio Requena Rivera relata haber visto al trosko Fuentes en enero de 1976, cuando al parecer fue sacado de la Villa con destino desconocido, según el testimonio de Luz Arce, quien fue prisionera y luego colaboró con la DINA. Escuchó decir que a un preso se le inyectó el virus de la rabia, al parecer podría haber sido el trosko Fuentes, también según el archivo Memoria Viva, el responsable habría sido el médico colaborador de la DINA, Werner Zanghellini Martínez, a quien la Comisión Funa denunció en septiembre del año 2000. También nos dice eso Sonia, que sabe el nombre del médico que le habría inyectado la rabia, en este punto se emociona y nos cuenta los efectos que tiene ese virus de la rabia en las personas.
La historia del trosko Fuentes en Dictadura es la historia de miles que vivieron la represión política, la tortura, la represión, por la Dictadura Cívico Militar que defendió los intereses de los empresarios. Pero, también es la historia de la solidaridad, de la lucha, de la militancia, del compromiso.
En la próxima entrega, veremos la lucha de la familia de Jorge por verdad y justicia, pero también la política de los gobiernos de la Concertación que mantuvieron en la impunidad a los violadores a los derechos humanos y que fueron los mejores herederos del régimen que instaló la Dictadura.
https://youtu.be/xJ51b4H_P8I