Qué está mal en la creación artística en gallego

Publicado el 24 febrero 2015 por Vigilis @vigilis
Hay una cosa (#cosa) que se llama Axencia Galega das Industrias Culturais, en español más conocida por sus siglas SPECTRE (Special Executive for Counter-intelligence, Terrorism, Revenge and Extortion). Es una agencia pública adscrita a la consejería de Kultur de la Xunta de Galicia.

Esta viñeta en el Völkischer Beobachter no desentonaría nada.

En su divertida página web, el primer enlace que ve el visitante es el de "Ayudas", eufemismo que emplea la administración pública para referirse al sistema arbitrario por el que tú das dinero a unos señores que a su vez se lo dan a otros y así los primeros señores pueden utilizar a los segundos para mantenerse en el negociado.
Pero, ¿de qué trata este negociado opaco de reparto de rentas ajenas? Según la gente en nómina de ese negociado, el objetivo de la agencia es impulsar el tejido empresarial de los productores gallegos de Kultur. Salvo por saber qué demonios significa Kultur, la cosa está clara. Excepto por el hecho de que esta gente emplea un idioma burocrático en el que después de los objetivos, te hablan de los fines. ¿Y qué fines persigue esta agencia?
  • Normalización e impulso de la lengua gallega como medio para fomentar la identidad cultural de Galicia.
  • Fomentar la demanda de productos culturales en la sociedad gallega.
  • Favorecer la producción de Kultur de las mujeres.
Yo tampoco entiendo nada.
Esta cosa tiene su sede en el llamado "Centro de Emprendimiento de Galicia", centro que también depende de la consejería de Kultur de la Xunta. Existe una tendencia obscena por parte de la administración a inventarse negociados varios, hacia arriba y hacia abajo de la estructura organizativa. Y esta tendencia está presente en todos los gobiernos que hemos tenido en Galicia. Más dolosamente en este gobierno que llegó al poder con la promesa de adelgazar la administración.

Hombre, los actores de Matalobos. Esa serie estaba bien hecha.

Si vamos al meollo de la cosa, podemos ver los contratos que tiene, las adjudicaciones cuñadiles que justifican su existencia. En la página informan de dos contratos en vigor. Uno es el contrato de limpieza del Salón Teatro de Santiago y de la Escola de Altos Estudos (o Estudios, en las páginas de la Xunta aparecen indistintamente las dos formas porque se la sopla el idioma) Musicais, por 96.000 euros. El otro contrato es la coedición (junto a Editorial Galaxia, ¡cómo no!) de una colección llamada "Biblioteca de Teatro" por 26.000 mortadelos (800 ejemplares que seguro que se han convertido durante el proceso en mariscadas y puros. ¿Qué libro en Galicia saca 800 ejemplares en primera edición? Ninguno).

O día que faledes de zombies robots ninja do espacio, reventades.

Está guay que la Xunta tenga una página para acceder a los contratos públicos de la Xunta. El problema es que estos contratos de los que os hablo y que figuran como los que están en vigor en este negociado, son de 2008 y 2009. Claro, a nadie le importa. Todo el mundo pide transparencia pero luego simplemente no se hace uso de ella, ni se fiscaliza ni nada de nada.
Pero como los burócratas de la Xunta llevan el Imperio Austrohúngaro en la sangre, seguro que tienen explicaciones para el asunto de la transparencia y los contratos. A mí me gusta más ir por el tema de la Kultur porque es un terreno que piso firme: nadie sabe qué diablos es la Kultur así que todo el mundo puede hablar de ella.
Las dos dependencias (sede aparte) que dependen de SPECTRE son el Salón Teatro y la Escola de Altos Estudos Musicais. Bien. El Salón Teatro ubicado en la Rúa Nova de Santiago es a su vez la sede del Centro Dramático Galego (fundado en 1984, siendo presidente Fernández Albor, AP). En cristiano: la Xunta es propietaria de un teatro y de una compañía de teatro. El edificio fue adquirido por la Xunta en 1996 (Fraga, PP) y fue remodelado en varias ocasiones.

Sede de la Escola de Altos Estudos Musicais.

La EAEM fue creada en 1997 (Fraga, PP). Y a pesar de lo que pone en la página de la Agencia Gallega de Industrias Culturales, parece que su gestión se trasladó al ayuntamiento de Santiago en 2011 (ese ayuntamiento que se quedó sin concejales por la corrupción). Sólo ver el edificio de la sede ya tirá para atrás. Es el típico entramado en el que los rollos de papel higiénico cuestan 80 euros.
La EAEM imparte cursos de posgrado en temas de orquestas y sus profesores son casi todos músicos extranjeros que estoy seguro que fomentan la demanda de productos culturales en lengua gallega realizados por mujeres gallegas.
Volviendo a SPECTRE, parte de sus funciones (que yo todavía no sé cuáles son) las realiza a partir de varios "canales", a saber: Rede Galega de Teatros e Auditorios (1996, Fraga, PP), Rede Galega de Salas (2007, PSOE-BNG) y la Rede Galega de Música ao Vivo (2007, PSOE-BNG).
SPECTRE, además, hace algo importantísimo que es convocar tres premios al año: el Álvaro Cunqueiro de textos teatrales, el Manuel María de literatura dramática infantil y el Barriga Verde de textos para teatro de títeres (en dos categorías, adulto e infantil). Es muy normal que alguno de estos premios quede desierto algún año.
También el Centro Coreográfico Galego está adscrito a SPECTRE. Este centro tiene su sede en Elviña (Coruña) y entre sus objetivos encontramos "colocar a la danza en el centro de la vida cultural gallega".
De las últimas noticias que hemos tenido de SPECTRE tenemos el apoyo que ha dado a los gallegos en la Gala de los Premios Goya, apoyo que se plasmó en la asistencia del director de ese negociado a la mencionada gala (¿?).
Matadlo ya, que deje de sufrir

Bucarest.

Sobra decir que nada tengo en contra de la gente que hace el mamarracho, que escribe, que interpreta o que toca en una orquesta. Sería un miserable si tuviera algo en contra de ellos. Lo que me preocupa es la alteración de la demanda del público. Y todavía me preocupa más que esta alteración sea considerada un gasto público inexcusable. Me preocupa que todos los partidos gallegos estén de acuerdo en sostener con dinero público sectores de creación artística para la élite y que para ello utilicen la excusa de la identidad cultural. (Nota: la Escola de Música queda un poco al margen de esto porque se trata al fin y al cabo de un centro educativo y entraría en un debate distinto).
Durante los últimos años en Galicia hemos vivido la desaparición de la prensa escrita en gallego. No fue un proceso a cámara lenta. La prensa escrita en gallego se acabó el día en que la Xunta cerró el grifo. Los problemas económicos de editoriales e industria derivada son conocidos y están a la orden del día. No se trata aquí de hacer una interpretación política: la triste realidad es que mucha gente se quedó en la calle y otra se tuvo que marchar. Eso a nadie le puede parecer deseable.
Es súmamente dificil argumentar una posición contra el statu quo de los mitos cotidianos. Ya dije en alguna ocasión que el problema de la creación artística en Galicia no es el gallego. El problema es la baja calidad de las creaciones y el estorbo burocrático. Nada que se haga en Galicia escapa al control, supervisión y plácet de la autoridad pública. Como consecuencia inmediata de esto tenemos a un grupo muy reducido de creadores que se parecen más a funcionarios que a otra cosa. Las fuerzas del mercado que logran dar promoción y publicidad a las obras que cobija son responsables del éxito de creaciones en el sector privado. La interferencia de lo público impide que los agentes del sector privado focalicen los escasos recursos buscando el máximo beneficio. ¿Resultado de esto? Una especie de Retro-Rumanía en lo artístico.

Todo es maravilloso.

Emocionóse la chavalada hace unos meses por el estreno de una película llamada A Esmorga. Una película que por el hecho de estar rodada en gallego se le presuponía cierta calidad. Desconozco el mecanismo mental de la gente que piensa así. Yo no voy al cine a ver Guardianes de la Galaxia porque esté en inglés o porque la hayan traducido al castellano. Todavía no he encontrado quien pueda derribar este argumento: el idioma en que se haga algo no aporta nada.
El problema es que decir estas cosas supone el ostracismo inmediato. No existe persecución, no existe censura, simplemente existe un statu quo de explicaciones y culpas que no ayudan a nadie a resolver el problema (y sí, esto es un problema al menos para los que no somos nacionalistas y no queremos instrumentalizar una de nuestras lenguas con fines espurios).
Para aumentar la demanda de la creación en gallego se ha probado siempre a hacer la misma cosa: el reparto de subvenciones a través de premios, la intermediación de editoriales y la publicidad institucional. Nada ha funcionado. Si no fuera por SPECTRE, por los ayuntamientos, las diputaciones y demás burocracias, no se estrenaría una obra de teatro en gallego. ¿Tiene sentido seguir intentando lo mismo? Una vez dijo alguien que repetir siempre lo mismo y esperar resultados diferentes se acerca al significado de la locura.

Xavier Alcalá

Tal vez sea hora de cortar por lo sano. Tal vez sea hora de plantear unas nuevas reglas de juego: la separación de los asuntos de la lengua (lo llaman Kultur, pero se refieren a la lengua) de la política. Ni un premio más, ni una revista más. Cortarlo todo (vuelvo a insistir en que no hablo del tema educativo, que merece un debate separado).
Primer es una película que hizo un fulano en su garaje por 7.000 dólares y ganó el Festival de Sundance porque es muy buena película (luego recaudó medio millón). Esa misma historia la hacen en gallego y sería la misma historia. La gente no lee periódicos fichteanos ni el teatro gallego resulta popular precisamente por culpa de lo que los mantiene vivos (la última subvención al cine de SPECTRE es de 185.000 euros). Al quitar el riesgo de fallo a la producción, el sistema de recompensas se va a hacer puñetas. Deja de existir un baremo de buenas y malas producciones para quedarse todo en un gris retrorrumano. Por eso digo que son los defensores de la producción en gallego los que se cargan la producción en gallego.

La Kultur y la Xunta.

Esa posición intolerante denota además un profundo desprecio tanto por los autores de aquí como por la libertad de elección de idioma. Denota pavor y falta de confianza en que si se corta el grifo nadie va a hacer nada en gallego. Yo eso lo pongo en duda. Creo que si quitas de en medio a los funcionarios-artistas, veremos muchas cosas nuevas. Y la mayoría fracasará, claro que fracasará, según la Ley de Sturgeon el 90% de todo es basura. ¡Pero qué delicioso 10% nos quedará para disfrutar!
Ah, pero dar pasos en la solución que propongo significa quitar muchas cenas a mucha gente. Al final del día siempre se trata de eso.