A veces fantaseo con que cuando empieza un nuevo día de mi vida se oye una melodía tontorrona de serie de los 80, y cuando el día termina, se congela la imagen y aparecen unos créditos amarillentos bastante rudimentarios. Siempre pienso que todo irá bien, que las cosas se solucionarán porque es mi vida, no? Por qué no iban a solucionarse? Porque todo está bien, es que en las series siempre había mil problemas y al final todo se solucionaba para el protagonista, verdad? Luego me doy cuenta de que la vida real no es como la tele, y entonces me pongo triste. El 24 de agosto fue mi cumpleaños.
Este verano ha sido extraño. Han cambiado muchas cosas de mi vida y ni siquiera las puedo asimilar porque han sido muchas en un periodo de tiempo muy corto. Me doy cuenta, entonces, de que inevitablemente, me estaba haciendo mayor.
¿Qué estuviste haciendo durante todo este tiempo?
-Me hice mayor.
¿Y qué iba a hacer yo? No podía pararlo, no podía apretar al botón de PAUSE del VHS de la vida. Al final me di cuenta de que estaba triste, y enfadada, pero conmigo misma. Nadie me ha hecho tanto daño que yo misma. No sé cómo ni porqué pero siento que he estado agonizando y viviendo en el interior de una larva. Es como si se hubiese abierto y yo estuviera fuera y no supiera hacia dónde ir, porque cuando quise mirar el suelo, ya ni siquiera quedaban las baldosas amarillas que me llevarían de vuelta a casa. No quedaba nada que yo conociera, y las cosas que conocía ni siquiera sabía si seguían ahí, si se suponía que debía hacer ver que nunca las conocí, si no las conocía, o si simplemente nunca las conocí.
Busco a un culpable para enfadarme con él, para gritarle: La vida es una pérdida de tiempo! Quiero cancelar mi suscripción! Y seguro que tú también! No es lo que nos prometieron! Nos trajeron aquí sin consultarnos! Si hubiéramos sabido toda la letra pequeñita no habríamos querido venir, pero aquí estamos, sin recordar siquiera cómo volver a Kansas. Al final, quiero encontrar a un culpable para enfadarme, pero me doy cuenta de algo, algo más turbio, más oscuro: No hay ningún otro culpable que yo misma, encerrada en una larva, y entonces cierro los ojos, me duermo y espero a que se congele la imagen y aparezcan los créditos amarillos. Y mañana será otro día. Aún miras por la ventana buscando una estrella fugaz para pedirle un deseo? Yo a veces, sí. Y todavía sigo pensando que una boa se tragó a un elefante, y que aquel dibujo no era un sombrero.