- Falta de formación del profesorado y falta de compartir experiencias con los propios compañeros y otros centros.
- Falta de sensibilización hacia estos ANEAES. Se les da prioridad a los NEAE por discapacidades, porque los AAACCI dan menos pena, y también son ANEAES.
- Los recursos son escasos, falta personal (orientadores, PTs, profesorado de refuerzo que cubra a los que lo imparten, etc. ) y se echa mano de cualquier profesor por el hecho de completar las horas, aunque no esté formado.
- Hay que tener en cuenta la realidad del aula: alumnos con altas capacidades, TDAH, TEA, y una gran diversidad dentro de la llamada “normalidad”. Esto se solucionaría con una buena aplicación de metodologías activas (ABP, cooperativo, etc., pero no una sesión puntual.
- Hay que tener en cuenta la realidad del alumno: qué le motiva, sus fortalezas, sus deficiencias… no sólo el aprendizaje. A veces las medidas se quedan estancadas, y hace falta un seguimiento y ajuste continuado.
- Frecuentemente se les considera “los listos”, y ellos se sienten como bichos raros o desubicados Es muy frecuente que no quieran ser diagnosticados de AACCII y lo oculten, especialmente las niñas. De eso hablaremos más adelante.
- Hay cada vez más medias como PEC, o AC y menos intervención inclusiva en el aula, que beneficiaría a todos los alumnos.
- Existen centros de alto rendimiento para deportes, pero no para rendimiento intelectual. Está mal visto. El hacer actividades especiales con estos alumnos despierta el sentimiento de “discriminación” respecto a los otros, y no es así. Se sienten invisibles. Hay que visibilizarlos, ante los demás y antes ellos mismos, que sepan que tienen una capacidad especial que deben aprovechar.
¿Qué falla? Se ha despegado, pero nos queda mucho… Hay diversos factores que hacen que aún no se realice adecuadamente esta atención: