Qué indigna puede ser la política: en esta campaña para las elecciones europeas ERC exhibió como apoyo al separatismo a un Pasqual Maragall que ni siquiera puede balbucear por el alzhéimer.
Fue patético, vergonzoso, ver este fin de semana presentado como estrella del mitin separatista al exalcalde socialista de Barcelona, y que ya en 2006, su último año como presidente de la Generalidad, actuaba bajo síntomas del mal.
Pero también humilla ver al actual PSOE presentar como único objetivo electoral denunciar por supuesto machismo al candidato del PP, Arias Cañete, mientras olvida el cruel desprecio de su candidata Elena Valenciano hacia el futbolista Franck Rivéry, al que el fuego de un accidente le desfiguró la cara.
Es humillante para los viejos socialistas que el que fue un gran partido europeísta desde su refundación por Felipe González en Suresnes, en 1974, se centre exclusivamente en el presunto machismo de Cañete por decir una verdad, explotando unas palabras sacadas de contexto.
Porque la “superioridad intelectual” que alegó Cañete tras debatir “con una mujer” se refería a su superioridad académica y profesional sobre una Elena Valenciano sin oficio, ni beneficio ni profesión alguna.
No aludía a todas las mujeres, como quiere hacer creer esa Valenciano que escribió en 2012 en su cuenta de Twitter, a la vista de sus cicatrices, un repugnante: “Habéis visto un tío más feo que Rivery????”
Lo recordó el segundo candidato del PP en el debate a seis en TVE del lunes, en el que el único que habló de Europa fue Sosa Wagner, eurodiputado de UPyD.
Los independentistas catalanes resultaron unos catetos provincianos y el comunista Willy Meyer quiere gobernar Europa reproduciendo el COMECON, la unión de países sometidos a la URSS que, según su PCE, era superior al Mercado Común.
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SALAS