Las tallas de ropa de bebé no se libran de la ya conocida norma en el mundo de la ropa de adulto de que cada tienda tiene su propio tallaje. Sin embargo, en los últimos meses parecía que ya tenía yo bien tomada la medida a mi niño y no metía la pata... Hasta este otoño, ¡que vuelvo a estar perdidísima!.
A finales de agosto le compré al niño dos camisetas, unos pantalones y una sudadera en Okaidi. Era la primera vez que compraba en la tienda. Cogí la talla 12 meses, por supuesto no se lo probé, le quité las etiquetas, lo lavé y lo guardé. En estos días que ha refrescado le he ido a poner las camisetas y ¡tachaaaaaaaaan!. Una de ellas le está corta de mangas y la otra ahí ahí. Claramente no son su talla, le están entre demasiado bien y pequeñas. La sudadera anda por el estilo. Lo único que aún no le he puesto pero estoy segura de que sí le estará bien son los vaqueros.
Os podeis imaginar mi cabreo. ¡Cómo puedo ser tan tonta!. Ya me mosqueó cuando en la tienda vi que ponía: 12 meses, 74 cm. Porque, que yo sepa, 74 cm es la talla 9 meses, o 9 a 12 meses, según la tienda. Pero ni se me pasó por la cabeza que pudiera ser pequeña. Estoy tan acostumbrada a llevarle con tallas inferiores a su edad que di por hecho que la talla 12 meses le estaría incluso grande y no me molesté en comparar en casa con otras prendas ya testadas.
Como la tienda me sigue gustando, la semana pasada le compré un abrigo y un jersey, esta vez, por supuesto, talla 18. Al llegar a casa comprobé que el abrigo era exáctamente igual al que le han regalado mis padres de Timberland, talla 12 meses. El jersey también es su talla. Bueno, por lo menos ya me he aprendido que esta tienda da muy poquita talla.
Señores fabricantes, esto es un cachondeo. No veo ni medio normal que mi hijo lleve todo el verano con el 75% de su ropa talla 6 ó 9 meses y ahora entre en esta tienda y le tenga que comprar la talla 18 meses. Un poco de uniformidad no vendría mal, que yo no tengo un niño para estarle probando y quitando ropa, ni ganas de andar metiendo la pata o yendo y viniendo de las tiendas descambiando cosas.