Deron Williams no soportaba el sistema estático y ceñido de Jerry Sloan. Sus diferencias de pensamiento habían supuesto el malestar que terminó por empujar al entrenador fuera del equipo por decisión propia. El propio Sloan había manifestado en varias ocasiones que la NBA es "una liga de jugadores", donde la figura del entrenador está al antojo de la estrella de turno. A riesgo de contradecirlo, Kevin O'Connor consideró que esto no tiene por qué ser así. "Si él no está a salvo, ¿quién lo está?", afirmaba Paul Millsap tras conocer el traspaso del que ha sido su compañero estos cuatro años y medio. Las aspiraciones de Williams tendrán, al menos de momento, escala en Newark. En 2012, justo el verano en que el base tendrá que decidir si ejerce su último año de contrato, los Nets se mudarán a Brooklyn. Prokhorov tiene hasta entonces para rodearlo de algo que más que Sasha Vujacic, Travis Outlaw o Dan Gadzuric y convencerle de que siga en el equipo. Mientras, tendrá que soportar a un entrenador que apodan "El pequeño General" y que se permite el lujo de dejar en el banquillo de uno de los peores equipos de la NBA a su mejor anotador por falta de intensidad, luchando por llegar este año a las 25 victorias.
Desde que Frank Layden se hiciera cargo de los Jazz en 1981 la franquicia nunca ha acometido una reestructuración de este calibre. Sólo con la salida de Stockton y Malone los Jazz vieron cortada su racha de veinte temporadas consecutivas fuera de Playoffs, ausencia que sólo duró tres años y que permitió la llegada al equipo de Carlos Boozer y Deron Williams. Se atisba un largo desierto al pie de las Rocosas. Que Frank Layden noz coja confesados.