LA SINCERIDAD ES EL PRIMER CAPÍTULO DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA
El Sol saldrá a las 5,56 h. y se pondrá a las 18.03 h.
Hay barcos como el Exodus que, en 1947 trasladó a 4.500 judíos desde Francia hasta Palestina -entonces bajo protectorado británico-, pasan a la historia por las hazañas de sus empresas. En cambio hay otros que, al modo de Mónica Lewinsky quedan en el olvido después de habernos hecho sonreír un rato con el escándalo de los efluvios sexuales de Clinton que, la becaria guardó como recuerdo.
Uno siente pasión por la navegación y se acuerda del Fri. Aquel velero botado en 1912 y que, tras una vida de dura navegación, fue rescatado del desguace en 1970 para ser utilizado para acarrear agua dulce hasta la isla de Alcatraz, donde los indios americanos habían sido rodeados. En 1971, el velero se encontraba en Nueva Zelanda transportando carga entre los archipiélagos. En este lugar fue adquirido por la asociación Peace Media para ser utilizado contra los experimentos nucleares que el gobierno francés realizaba en el, desde entonces célebre, Atolón de Mururoa.
Fue en este lugar donde el viejo Fri se graduó como un fantástico barco de guerra pacifista. Para ello penetró en la zona más peligrosa del Atolón y allí fondeado, con su tripulación expuesta a la lluvia radioactiva de las explosiones, permaneció durante más de dos meses anclado y rodeado por la Armada Francesa, hasta que fue abordado por 50 infantes de marina y trasladado a la Laguna de Mururoa. Posteriormente recorrió las islas del Pacífico, lo que en su primera etapa le llevó desde Nueva Zelanda a la Polinesia, para recorrer posteriormente las islas Fiji, Nuevas Híbridasy Gilbert, así como la Micronesia, en la llamada “Odisea de la Paz”, en la que se repartieron mensajes contra la carrera armamentística. La operación terminó en Hong Kong, entonces bajo dominio británico, después de haber sido rechazada su presencia en los puertos chinos.
En 1977 funcionó como una “Biblioteca de la Paz” por Asia. Su primera expedición fue Namibia, a donde llegó con un cargamento de 3000 libros para repartir entre sus habitantes. Tras permanecer tres semanas anclado en el puerto y vigilado por las autoridades, tuvo que poner rumbo a Angola y Zambia para depositar la carga que el gobierno Namibio rechazó. Dos años más tarde regresó a Europa para participar con los barcos de “Greenpeace” en acciones contra el vertido de desechos nuclerares en el Atlántico, al término de las cuales fue reparado a fondo en Amsterdan y equipado con medios de energías alternativas.
Posteriormente navegó por la península de Florida y el Caribe, donde como a Mónica Lewinsky se le pierde de vista. Ahora somos algunos curiosos los que nos preguntamos qué sera de la becaria y hacia dónde la habrá dirigido el destino, al tiempo que tratamos de adivinar si habrá lavado los efluvios delatores de la ropa. A la joven que alivió el deseo del presidente se la comió el tiempo, exactamente igual que al viejo Fri, que herido en mil batallas se fue perdiendo en la lejanía de la historia.