Para situarnos en el contexto de esta fotodenuncia debemos ir a la parada de autobús urbano nº 11 de la calle Pendón de Baeza nº 22 de León.
Me he ido a Google Maps y he comprobado que los contenedores ya estaban ahí, incluso había un soporte publicitario (antes denominados cabínas telefónicas).
El caso es que no logro entender a quien se le ha podido ocurrir delimitar las marcas viales de la parada de autobus haciendo coincidir las puertas del vehículo con los contenedores de basura.
Los distintos chóferes de los buses tienen que parar al comenzar la parada y obstaculizar una salida de cochera para que los viajeros puedan subir y bajar.
He ido varios días para poder hacer la foto del autobús y al no haber clientes esperando han pasado sin detenerse, hoy pude pillarle.
A la parada se acercó esta señora y estuve charlando unos minutos con ella; me comentaba que era un desastre como habían dejado eso y que si no había más personas esperando solía irse caminando, ya que es muy desagradable pararse a esperar al lado de los contenedores de basura.
Me comentó que los conductores o conductoras utilizaban dos técnicas; parar al comienzo obstaculizando el vado permanente de la cochera o pararse en medio del carril alejados de la acera y los contenedores.
Esta conductora que fotografié hoy es de las que paran al comienzo de la parada.
Sólo en una ocasión me tocó pintar marcas viales y lo hice con un plano el cual me indicaba centímetro a centímetro donde iba cada línea. Me pregunto quien ordenó marcar la parada haciendo coincidir las puertas de los autobuses con los contenedores de basura.
Viendo al resto de personas donde se quedan esperando a que llegue el autobús, sus caras y los gestos de no entender la situación, mezclados con el gesto desagradable al percibir los malos olores hacen necesario solucionar este peculiar sin sentido.
Personalmente, enemigo número uno de pagar a una empresa privada por aparcar en la calle, me sorprende lo listos que andan para pintar estratégicamente las líneas de la zona azul en contrapunto con casos como este.
Agradecimiento especial a mi amiga Elisabeth que fue la persona que me contó lo extraño de esta parada de autobús.