Me encanta Nintendo Wii, creo que ha sido la videoconsola con las que más he disfrutado desde que hace muchos años mis padres me regalasen una Sega MasterSystem II. Nintendo con Wii logró revolucionar el mercado de las videoconsolas gracias a dos cosas: sus controles sin cables que seguían tu movimiento y con juegos simples pero altamente adictivos. La fórmula de Wii funcionó durante muchos años. Un precio ajustado por una videoconsola que por primera vez, hasta tus abuelos serían capaces de usar. Se leyeron muchos artículos sobre el uso de Wii en centros de tercera edad, incluso de cómo ayudaba a todo tipo de colectivos a mejorar su interacción o simplemente hacer algo de movimiento gracias a Wii. El punto fuerte de Wii fue su simplicidad, si tu te mueves, tu muñeco en la pantalla se mueve. Tan solo te llevaba un par de partidas encontrar esa experiencia que te hace entender la sensibilidad de movimiento que necesitas para moverte en la pantalla, algo que desde un abuelo, a un niño podría entender. Nintendo está pasando ahora por algo que podríamos llamar “tiempos difíciles”, aunque creo que porque durante dos años la empresa tenga pérdidas no la convierte en una empresa moribunda, si que se han centrado muchas miradas en sus movimientos en los que tras su primer traspié se recuperaron. El cierre de año ha dejado malos resultados financieros, con pérdidas de USD$365 millones respecto al año anterior. Lo que esto significa es que sus productos no se han vendido, sobre todo los malos números de Wii U, a la que todo el mundo empieza a culpar de los males actuales de Nintendo.
Wii U
● Unidades vendidas: 3.45 millones (31 de marzo de 2013) Si hay algo que recuerdo cuando pude probar por primera vez el año pasado la Wii U en sus eventos locales, es que no me sorprendió para nada. Quizá el problema estaba en que no entendía por qué Wii necesitaba un nuevo mando con pantalla incluida, quizá el problema sea que la videoconsola es a ras de rasgos tan similar a la versión anterior, que no me quedaba claro qué beneficio tenía. Lo que sí puedo asegurar es que aunque los juegos son divertidos, sigue siendo entretenido pasar horas en juegos simples. Wii U no me logró convencer. Supongo que este sentimiento era compartido por las bajas ventas. Si miras Wii U, lo único que vas a ver es lo que parece un mando con una gran pantalla táctil. Nada más. Por supuesto, detrás hay una nueva videoconsola a la que conectarse más potente y que incluye mejoras en el software de Wii, sobre todo mejoras sociales. Pero con mejoras de por medio, esta videoconsola no ha logrado repetir el caso de éxito que fue Wii. El principal problema es que los usuarios actuales de Wii parecen ser leales a la consola, eso si no la han guardado en un cajón. La falta de un salto generacional en Nintendo ha pasado factura, si tienes un Wii con un buen puñado de juegos, seguramente Wii U no te parezca tan interesante teniendo en cuenta que su jugabilidad no se centra en su nuevo mando.
Nintendo 3DS sigue siendo el rey
Si hay algo que a día de hoy me sigue pareciendo increíble es la gran afición que existe por la Nintendo 3DS. No creo que exista un caso igual en la historia de las videoconsolas en la que una gama de videoconsolas portátiles logre tantísimo fanatismo y usuarios tan fieles como a una Nintendo 3DS. La clave está en la gran variedad de juegos que existen, pero sobre todo en la particularidad de que dos pantallas en una videoconsola portátil han logrado captar un gran número de usuarios. Sony intentó renovar su videoconsola portátil con PS Vita, aunque con un final no muy bueno. Nintendo en cambio, con cada nueva versión de Nintendo 3DS, ya sea con 3D, con una pantalla más grande o con lo que se les ocurra en un futuro, sigue teniendo una base de usuarios tan fieles, que casi se podría hablar de dependencia. Pero no nos podemos engañar, aunque la existencia de Nintendo 3DS tiene está asegurada por un par de años más, Nintendo tiene un gran frente de enemigos a los que combatir, que prácticamente es imposible de hacerlo.