Imagen de archivo de R42.
Hace años todos soñábamos con ir a Barcelona, a su salón del cómic o mejor dicho al Salón del cómic con mayúscula. Pero la ciudad estaba lejos y quedaba en un deseo, poco a poco han ido apareciendo al estilo de las setas, nuestra geografía está llena pero ¿todos merecen ese apelativo?
Pasas por la taquilla, te metes dentro y entonces empieza el show. De base todos estos eventos son más o menos parecidos: hay stands, autores, charlas y exposiciones. Bueno, o al menos eso es lo que se dice y muchas veces con bastante cara por parte de la organización.
Nadie duda de la reputación de FiCómic y es que esa cita ha logrado que año tras año todos queramos volver. En su horario y en su planning hay espacio para el visitante casual, los alumnos de los colegios, los aficionados de toda la vida, los cosplayers, la gente de los fanzines, los divulgadores y un suma y sigue. No es sencillo hacer esto, conlleva contar con buen presupuesto, dedicar meses a organizar todo y asumir que no cada uno va buscando cosas distintas así que hay que dárselas.
Recientemente se hizo en Valladolid el llamado Salón del cómic y del manga de Castilla y León, que no es Salón, tiene algo de cómic, hay mucho otaku y ciertamente bajo su ala no alberga a Castilla y León. Es un intento, un buen intento que quizá si lo dirigiera alguien realmente aficionado a esta temática iría a más, pero no llega a ser lo que se vende. Si se le llamara feria todo sería fantástico, pero no es así y lo único que logra es que si lo comparamos con otros nos dé vergüenza ajena.
Es cierto que las comparaciones son odiosas pero en el momento que acudir al Expocómic de Madrid, al Salón de Barcelona o a este de Valladolid cuesta lo mismo (cinco euros la entrada), entonces tenemos todo el derecho a hacer la crítica y en base a ese hecho. Las diferencias entre unos y otros son notables.
Una vez los amigos de El Jueves, que ya sabéis que por aquí les tenemos mucho aprecio, comentaban que si pagas por entrar, pagas al comprar, apenas hay autores y solo una o dos charlas que no lo dudes, que estás en una feria con todas las de la ley. Esto es importante tenerlo en cuenta para darnos cuenta del porqué no todos los que usan la nomenclatura son ni de lejos lo que dicen ser.
La presencia de exposiciones, y de autores, es algo básico (no digamos las charlas) y que o debe estar solo para cumplir. Por ejemplo una sola ponencia de cómic en dos días de evento, en el que extrañamente hay bailes y demostraciones de artes marciales, se nos muestra algo extraño y deja en evidencia a toda la organización y nos hace sospechar que hay un gran desconocimiento sobre el tema, o quizá directamente es que no hay ni siquiera interés real en los tebeos.
Entonces qué hace Salón a un salón: el respeto por los visitantes y por los invitados, ofrecer contenidos de calidad, conferencias y exposiciones, stands de tiendas, espectáculos y novedades, en el momento en que algo de esto falla deberíamos cambiar la denominación y contar la verdad a nuestro posible público.
Doc Pastor
Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).
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