No encontrarás mariposas en mi estómago ni cupidos en el corazón,
están llenos de vacío existencial, nostalgia y ganas.
Siempre empieza ordenando mi cuarto cuando se me desordena la vida,
Mirando al suelo cuando temo que mis ojos hablen de todo lo que callo.
Aunque nunca he confundido el amor con el olor a pizza
o cualquier otra cosa que me haga feliz.
Suelo acostarme con planes para conquistar el mundo
Y cuestiones de esas que te hacen suspirar antes que el sueño te asfixie.
Me encantan las metáforas aunque odio seguir consejos sin un mapa.
De noche, siempre miro debajo de mi cama antes de acostarme,
pero sigue sin haber nadie. Los monstruos los llevo dentro aunque duerma
con la luz encendida por miedo a que un recuerdo tuyo se me aparezca.
Al menos tengo un mar para resolver todas esas dudas que tengo,
una azotea para huir sintiéndome en casa y un piano para cuando me tiemble el pulso,
para cuando necesito tocarme las entrañas.
Tengo prohibidas las llamadas de atención y restringidas las de auxilio.
Tengo buena suerte, algunas malas decisiones y muchas ganas.
Traigo los principios atados a las raíces para llevarlos hasta los finales.
Porque un amor verdadero no se olvida; él te olvida a ti.
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