La última vez que los talibanes ocuparon el poder, a finales de los 90 y principios de los 2000, la represión fue una característica de su gobierno. Las mujeres en Afganistán antes de este ascenso, estaban protegidas por la ley, es más, el Islam tiene disposiciones específicas que definen los derechos de las mujeres en áreas como el matrimonio, el divorcio y los derechos de propiedad.Los talibanes afirmaron que actuaban en el mejor interés de las mujeres, pero la realidad es que el régimen talibán reduce cruelmente a las mujeres y las niñas a la pobreza, empeorando su salud y privándolas de su derecho a la educación.
Cuando gobernaron de 1996 a 2000, el mundo vio los puntos de vista sobre lo que permitía el Islam a los ojos de los talibanes. Se prohibieron casi toda la educación para las mujeres y niñas, incluyendo castigos como: Lapidación, amarre, y la amputación... Muchas mujeres/niñas han sido violadas, secuestrada y forzadas al matrimonio. Se les ha confinado en sus hogares a menos que fueran escoltadas por un miembro masculino de la familia, lo que les negaba el acceso a la mayoría de los empleos, o incluso a dar un paseo. Se les negaba el acceso a la atención médica y la educación básicasLa comida enviada para ayudar a las personas hambrientas era robada por sus líderes. Se destruyeron los monumentos religiosos de otras religiones y los niños tenían prohibido volar cometas, cantar canciones... Antes del ascenso de los talibanes, las mujeres en Afganistán estaban protegidas por la ley y cada vez se les concedían más derechos en la sociedad afgana. Las mujeres recibieron el derecho al voto en la década de 1920; y ya en la década de 1960, la constitución afgana preveía la igualdad de las mujeres cuando el rey de Afganistán se llevaba bien con los Estados Unidos de Kennedy. Eran aliados. Hubo un clima de tolerancia y apertura cuando el país comenzó a avanzar hacia la democracia. Las mujeres estaban haciendo importantes contribuciones al desarrollo nacional y en aquella época, no estaban obligadas a llevar velo y mucho menos burka. En 1977, las mujeres constituían más del 15% del máximo órgano legislativo de Afganistán. Se estima que a principios de la década de 1990, el 70% de los maestros de escuela, el 50% de los trabajadores del gobierno y los estudiantes universitarios y el 40% de los médicos en Kabul eran mujeres. Las mujeres afganas habían participado activamente en organizaciones de ayuda humanitaria hasta que los talibanes impusieron severas restricciones a su capacidad para trabajar.En 1979, cuando La Unión Soviética empezó a apoyar a partidos comunistas en Afganistán y, tras un golpe de estado, el país se convirtió en una versión islámica de una república soviética. En 1989, las tropas soviéticas se retiraron pero la guerra civil continuó y surgieron los talibanes. Uno de los mayores desafíos para los derechos de las mujeres en Afganistán fueron los años de guerra. Es difícil hacer que las niñas vayan a la escuela cuando son desplazadas por los ataques aéreos o sus escuelas están siendo voladas. El avance de los talibanes en todo el país en los últimos años significó que las mujeres en posiciones de autoridad a menudo estuvieran bajo amenaza de secuestro y violencia.
Pero... El 11 de septiembre de 2001, los ataques contra el Pentágono y las Torres Gemelas de Nueva York mataron a 2.977 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania. Osama Bin Laden, jefe del grupo islamista al Qaeda, fue rápidamente identificado como el responsable siendo los talibanes (islamistas radicales) los que le hospedaron en tierras afganas y la misión de esta guerra era derrotar Afganistán como base terrorista de operaciones, y atacar la capacidad militar del régimen talibán.Veinte años después, Estados Unidos se va, y en las últimas semanas, mientras las fuerzas del Talibán han surgido triunfalmente en todo el país, informes alarmantes sobre cierres de escuelas, restricciones de movimiento y mujeres obligadas a dejar sus trabajos. El portavoz de los talibanes ha seguido prometiendo respeto por los derechos de las mujeres, pero sus afirmaciones suenan más huecas que nunca.