¿Qué hacen masones de todo el mundo en Mendoza?

Publicado el 09 julio 2016 por Habitalia

Imagen principal: Elbio Laxalte Terra, secretario general de CLIPSAS.

Representantes de la masonería a nivel mundial llegaron a Mendoza para participar de una celebración por el 200º aniversario de la Independencia argentina.

Se trata de las organizaciones francmasónicas agrupadas en el Centro de Comunicación e Información de las Potencias Masónicas Firmantes del Llamado de Estrasburgo (CLIPSAS, por sus siglas en francés), de pensamiento liberal (Corriente Continental), al cual pertenece la Gran Oriente Federal de la República Argentina, que tiene su sede operativa en nuestra provincia.

Creado el 22 de enero de 1961 en Estrasburgo, CLIPSAS reúne a más de 90 organizaciones masónicas que tienen presencia en todos los continentes, y cuenta con diversas instituciones latinoamericanas. Sus miembros no solo promulgan los valores tradicionales de la francmasonería, además sostienen la libertad absoluta de la conciencia independientemente de las creencias religiosas y la no imposición de dogmas. Esto les ha permitido, por ejemplo, aceptar grupos masónicos femeninos y mixtos.

El secretario general de CLIPSAS, Elbio Laxalte Terra, explicó a MDZ que la masonería moderna "es una institución relativamente antigua, porque si bien su origen puede encontrarse hacia el siglo X, en los documentos más antiguos detectados de las primeras logias de trabajadores, recién como institución más parecida a la actualidad tiene lugar en Londres el 24 de junio de 1717, con las Constituciones de Anderson; en esos 300 años el mundo y la gente han cambiado, y la masonería ha recibido influencias aunque sus valores siguen siendo los mismos".

Dentro de ese concepto, pueden diferenciarse dos corrientes principales en la francmasonería: la continental (o francesa), de carácter más liberal e igualitaria de género, y la anglosajona, más cerrada y fuertemente tradicionalista. Con esas bases, Laxalte recordó que, tras la Segunda Guerra Mundial, "algunas organizaciones masónicas inglesas y norteamericanas dicen que lo políticamente correcto es que los masones tenían que creer en un principio creador, en la inmortalidad del alma y debían reunirse en presencia de un libro sagrado, normalmente la Biblia. Frente a esto hubo una reacción, por lo cual se reunieron diez organizaciones masónicas europeas que hicieron un llamado para que los masones no aceptaran esas imposiciones".

De esa declaración nació CLIPSAS, la cual, en ese momento de 1961, encomendó a los masones a "encontrarse en el espíritu de la mayor tolerancia mutua y que cada uno es soberano de poder elegir, dentro de los principios masónicos generales, cuáles son sus maneras de actuar. Si alguno pensaba en que era bueno trabajar con el libro sagrado, que lo hiciera, pero que no impusieran a otros si no lo querían hacer".

Las denominadas Constituciones de Anderson, consideradas como el primer documento de la masonería moderna, son estatutos que, para los masones liberales como Laxalte Terra, contienen " conceptos claves muy importantes: independientemente de las religiones que practiquen los masones en sus países, hay algo superior, como una especie de religión, pero no en el sentido de culto, sino que une a todos los hombres independientemente de sus creencias, bajo el de ser gente buena, honesta y de honor, y que la masonería se transformaba, de esa manera, en un lugar donde gente que venía de diferentes horizontes y creencias podían encontrarse basados en esos valores".

"No importa que piensas en tu veta filosófica o religiosa, lo importante es que no intentes imponer a otros tus creencias y que seas capaz de encontrar los denominadores comunes y las articulaciones con otra gente buena, hacer cosas mejores para uno mismo y para la sociedad en la cual vive", añadió.

Laxalte Terra aseveró que CLIPSAS, desde sus orígenes, plantea que, "además de libertad, igualdad y fraternidad, es bueno también impulsar la libertad absoluta de conciencia. CLIPSAS es creado como una pequeña rebeldía hacia esas instituciones masónicas que querían lesionar el espíritu liberal tradicional, hegemonizando ciertas costumbres hacia ello". A su vez manifestó que "dentro de CLIPSAS, las organizaciones que la integran son absolutamente plurales. Esa pluralidad y la falta de imposición -salvo la tolerancia mutua y la libertad absoluta de conciencia- se planteó como una gran apertura que llamó mucho la atención". Así, se desmiente que "los masones tienen una organización mundial que manda y controla todo. Eso no es verdad, sino todo lo contrario".

Por otro lado, Laxalte Terra destacó que CLIPSAS "es la única entidad masónica global que integra, como consultor, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, en el cual impulsamos diversas ideas" y también que "en la última asamblea realizada en Rotterdam, se creó el Observatorio de la Dignidad Humana, que sea capaz de articular derechos, deberes y situaciones económicas, políticas y valóricas en un solo lugar, como un aspecto específico a partir de sus valores masónicos. Cada una de sus entidades miembros conformará su comité, también se realizarán a nivel continental y mundial".

Otras preocupaciones de CLIPSAS, que comparte con muchas agrupaciones masónicas, son las injusticias económicas y sociales internacionales, la pobreza, la gobernanza mundial, el medio ambiente, la violencia contra la mujer y las cuestiones educativas, entre varias más.

Un hito para las organizaciones masónicas de América Latina será que la asamblea general de CLIPSAS del año que viene, en el marco del aniversario de los 300 años de la masonería moderna, tendrá lugar a fines de mayo en Buenos Aires. "Será un buen momento y lugar para que la masonería latinoamericana pueda encontrarse y trabajar, desde su perspectiva, ese balance de 300 años y qué hacer para el futuro", sintetizó Laxalte Terra.